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Opinión

Una vez más, terrorismo imperial, hipocresía mediática

Una vez más, terrorismo imperial, hipocresía mediática

De Argentina a Líbano, los verdaderos terroristas se quedan impunes

Joaquín R. Hernández – Especial Alahesnews


Entre treinta mil y trece mil personas, según la fuente que se consulte, familias enteras, desaparecen sin dejar rastro. Nunca se conoce el paradero de sus hijos pequeños.
Un avión comercial, que conduce jóvenes deportistas, estudiantes asiáticos, pasajeros en general, explota en pleno vuelo. No hay supervivientes.

Un vehículo estalla en el suburbio de una ciudad. La explosión es inmensa. Decenas de víctimas, niños, mujeres, hombres de toda edad, encuentran la muerte en sólo segundos.
Son noticias de un solo día en la gran prensa occidental, que no merecen un solo reportaje investigativo.

Una vez más, terrorismo imperial, hipocresía mediática

En Argentina, hubo que esperar décadas para que los militares que protagonizaron dictaduras fuertemente alentadas y protegidas por Estados Unidos, fueran a los tribunales y respondieran por sus crímenes. Mujeres y hombres hechos y derechos conocieron que el militar que creyeron que era su padre no era sino un vulgar secuestrador, y que su padre verdadero había sido asesinado por quienes la habían entregado al falso, cuando eran niños pequeños.

En Cuba, los hijos y los nietos de quienes murieron en el avión que volaba de  Barbados a La Habana en 1978 todavía esperan una justicia que no parece llegar.

Los dos organizadores del crimen llegaron impunes a la vejez, adulados por quienes los acompañan en su ideología criminal y protegidos por el imperio a quienes han servido a lo largo de los años. Orlando Bosh, viejo mafioso, murió tranquilo en la cama de un hospital, satisfecho con su crimen y absuelto por una orden presidencial. Luis Posada Carriles, bandolero y agente de la tenebrosa policía política de la vieja Venezuela y, por supuesto, de la CIA, solamente ha comparecido ante un tribunal…  por violación de leyes migratorias. Fue absuelto. Ambos, por cierto, confesaron más de una vez su participación en el crimen y su disposición a repetirlo. Cinco jóvenes cubanos que lucharon desde adentro de las organizaciones criminales anticubanos, fueron apresados y condenados a largas penas. Cuatro guardan aún prisión.

Los familiares de las víctimas del reciente atentado criminal contra una barriada chiíta, de población muy popular, en el sur de Beirut, aún lloran la tragedia ante los casi treinta cadáveres recientemente sepultados. Más de trescientos heridos, algunos próximos a la muerte, otros posiblemente incapacitados para el resto de sus vidas, esperan que en algún momento se imponga la justicia, y que  la mano criminal que los victimó sea castigada.

Una vez más, terrorismo imperial, hipocresía mediática

Lamentablemente, la justicia tardará en llegar. Como denunció el Secretario General de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrolá, el dedo acusador apunta en dos direcciones posibles, que en el fondo serían una sola. Solamente un estado como “Israel” es capaz, en las condiciones actuales, de armar o de ayudar a armar un atentado de tales proporciones, que requiere de abundancia de medios técnicos y explosivos, y de una profunda organización operativa para llevarlo a cabo. Solamente, en el escenario actual, los takfiristas, de una manera o de otra, se involucrarían en la ejecución final de este atentado.

Fue noticia de un día en la prensa occidental, que eludió ahora, como ha eludido sistemáticamente en el caso cubano, como lo hizo entonces en el caso argentino, calificar de terroristas a estas acciones.

Todas las víctimas, en Argentina, Cuba o en Beirut, fueron asesinadas por el verdadero terrorismo, por el más peligroso y criminal terrorismo.  Por aquel que no aparece mencionado como tal por la gran prensa, ni condenado por las grandes potencias occidentales. Por el terror ejercido por los cómplices del imperialismo, con ropaje militar, con la cobertura del asesino a sueldo, con el manto de las operaciones especiales tan gratas a los novelistas anglosajones, con el disfraz de luchadores por la democracia.

El verdadero terrorismo ha vuelto a golpear. La hipocresía de la gran prensa imperial nos ha vuelto a mostrar su verdadero rostro. El más reciente  ejemplo: el escándalo promovido  hace unas horas, cuando redactaba este artículo, por el supuesto uso de armas químicas por parte del gobierno legítimo de Siria, sin que existiera una verificación por parte del equipo de las Naciones Unidas que el propio presidente Bachar el Assad autorizó a investigar la existencia de tales armas. ¿Reaccionarán igual si se comprueba que, como afirmó el representante de Rusia, quienes poseen armas químicas son sus protegidos, los verdaderos terroristas que amenazan al gobierno legítimo y constitucional de Siria?

| 23/08/2013