La red terrorista Al-Qaeda tiene la intención de proclamar un Estado islámico en el norte de Siria cuando concluya el mes sagrado del Ramadán, a principios de agosto, para lo cual iniciará por esas fechas una ofensiva para expulsar de la zona a las fuerzas del Ejército Libre Sirio (ELS), según han informado fuentes de este grupo armado opositor.

Un alto responsable del ELS ha declarado bajo condición de anonimato al diario londinense en lengua árabe “Asharq al-Awsat” que la proclamación tendrá lugar el primer día del Eid, justo cuando acabe el Ramadán.


Asimismo, ha explicado que "los principales objetivos" de la ofensiva que lanzará Al-Qaeda por esas fechas serán "los pasos fronterizos (con Turquía) de Bab el Hawa y Harem, en primer lugar para controlar el suministro de armas y municiones y en segundo lugar para hacer llegar fondos mediante el contrabando de petróleo".

"La puesta en marcha de este plan comenzó la semana pasada con el asesinato del comandante Fadi el Qash y de su hermano en la localidad de Dana, que fueron seguidos del asesinato de un alto miembro del Consejo Militar Supremo, Kamal Hamami, y a los que seguirán más asesinatos de oficiales e importantes elementos del ELS", ha añadido.


Hamami, más conocido por su nombre de guerra Abu Bassel al Ladkani, fue asesinado el pasado 11 de julio por milicianos del Estado Islámico de Iraq y el Levante, vinculado a Al-Qaeda, en la ciudad portuaria de Latakia. Fuentes rebeldes han revelado que el principal sospechoso, Abú Ayman al Baghdadi, está escondido y no parece que Al-Qaeda tenga intención de entregarlo.

Medidas preventivas del ELS

El mismo responsable del ELS ha indicado al diario árabe que su organización "ha hecho circular esta información entre círculos restringidos y fiables en cuanto pudo disponer de ella, y va a evitar cualquier confrontación que pueda debilitar a los rebeldes en su lucha contra las fuerzas del Gobierno" de Bashar al Assad.


Asimismo, ha explicado que el ELS está "desplegando unidades y levantando puestos de control en las localidades que, de acuerdo con el plan, figuran como objetivos, así como reforzando su presencia en esas ciudades para impedir que se conviertan en presas del Estado Islámico".

La misma fuente ha asegurado que, al mismo tiempo, el ELS "intentará sentarse a hablar con el Estado Islámico, si hay alguien que quiera escuchar, a fin de evitar un baño de sangre y enfrentamientos que afecten negativamente a la lucha contra las fuerzas del Gobierno".