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Opinión

El “Harirismo” y el complot terrorista

El “Harirismo” y el complot terrorista

El respaldo de Al-Mustaqbal a la plaga takfirí que amenaza la seguridad de Líbano

Los últimos acontecimientos registrados en Líbano demuestran, sin lugar a dudas, la importancia del respaldo político, financiero y material que la Corriente del Futuro está aportando a los grupos terroristas y takfiristas conformados con elementos libaneses, sirios y palestinos. Esos grupos extremistas, creados por Saad Hariri, se han convertido durante los últimos años en herramientas de las fuerzas y países que conspiran contra Siria y en una plaga que amenaza la seguridad y la estabilidad del Líbano.

Los dirigentes de la Corriente del Futuro mienten descaradamente cuando afirman que apoyan al ejército libanés ya que la campaña de descrédito contra el ejército es una cultura que las figuras de esa corriente practican y estimulan. Dirigentes del bloque del Futuro, como Jaled Daher, Mouin Merhebi, Mohammad Kabbara y Nouhad Machnouk incitan al odio y la sospecha contra la institución militar. Y después de los incidentes de Abra, los responsables de la Corriente del Futuro se han puesto a la cabeza de la campaña destinada a socavar la confianza en la institución militar para debilitarla, luego de la decisión que tomó esta de desmantelar los grupos extremistas que representan un peligro para los libaneses y su estabilidad.

Las consignas coreadas en Saida y Trípoli contra el «harirismo» reflejan la decepción de los grupos extremistas ante quienes, después de financiarlos, los abandonaron en cuanto la correlación de fuerzas cambió en detrimento de uno de sus principales grupos, el de Ahmad al-Assir. Está claro que la Corriente del Futuro está tratando de fortalecer su presencia y su influencia en la calle sobre los cadáveres de los individuos a los que empujó hacia los brazos de los extremistas. Fueron los discursos y las posiciones políticas de los jefes del Moustaqbal, como Ahmad Hariri, Achraf Rifi y los dirigentes anteriormente mencionados, lo que incitó a esos jóvenes a tomar las armas y agredir a los militares libaneses.

Los últimos acontecimientos han mostrado que la institución militar goza de un fuerte respaldo popular. Fracasaron los intentos de movilizar la calle en Trípoli y en Akkar, después de la plegaria del viernes. Sólo algunos cientos de hombres armados salieron a las calles, mientras que la enorme mayoría se quedaba en sus casas.

El verdadero problema de la Corriente del Futuro es su falta de credibilidad. Ese bloque dice rechazar la violencia, cuando en realidad apoya en todos los aspectos a los grupos extremistas y dispone de sus propias milicias, como las «Brigadas de Trípoli», dirigidas por el oficial retirado Amid Hammoud. El problema está empeorando porque en los medios tradicionalmente favorables al Moustaqbal están apareciendo grupos políticos que tratan de atraer una parte de su base.

Esos grupos, como el Jamaa Islamiya y el Partido de la Liberación Islámica, además de otros movimientos extremistas, están empezando a apadrinar milicias armadas.

Es evidente que el «harirismo», a través de su doble discurso y su hipocresía, ha abierto la caja de Pandora de la que ha salido un monstruo que será difícil controlar. Ello indica que la lucha contra el extremismo, bajo todas las formas que pueda adoptar este último, pasa por la lucha contra la Corriente del Futuro. El próximo periodo será favorable a las personalidades y a las fuerzas nacionalistas que se enfrentan a esa Corriente.

El plan nacional que habrá que adoptar para proteger el Líbano de la fitna y del terrorismo takfirista debe basarse en el fortalecimiento de los movimientos nacionalistas árabes y de la resistencia en la escena sunnita. Es necesario respaldarlos en los planos político, mediático y popular. Al mismo tiempo, habrá que dar respaldar y dar apoyo a la institución militar para que limpie el Líbano de los grupúsculos terroristas que el «harirismo» ha creado en contra de la Resistencia, teniendo en cuenta sobre todo que gran parte de las bandas extremistas están vinculadas a los elementos de al-Qaeda que conforman el Frente al-Nusra y el llamado «Ejército Sirio Libre», ahora presentes en el norte [del Líbano], en la Bekaa y en algunos campamentos palestinos y barrios de Beirut y Saida.

Por Pierre Khalaf y Ghaleb Kandil
Fuente: New Orient News (Líbano).  2 de julio de 2013

| 10/07/2013