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Opinión

El fracaso de la guerra contra Siria

El fracaso de la guerra contra Siria

El tema sirio ha dejado de ser la prioridad de los países occidentales

Por Ghaleb Kandil


La polémica que han provocado las declaraciones del jefe de la coalición de Doha, Ahmad Moaz al-Jatib, quien anunció que estaba dispuesto a reunirse con miembros del gobierno sirio, demuestra que esa estructura, creada por decisión estadounidense, no es más que una fachada de la Hermandad Musulmana. Esta última intimidó públicamente a al-Jatib para que impusiera al diálogo con el poder «dos condiciones» –la liberación de los detenidos y la renovación de los pasaportes de los opositores que viven fuera de Siria–, condiciones que por demás son parte esencial de la iniciativa propuesta por el presidente Bashar al-Assad y de la agenda del gobierno sirio, encargado de poner en práctica el plan presidencial para salir de la crisis.

El fracaso de la guerra contra Siria

Los analistas han explicado la posición de al-Jatib –quien mientras tanto, obligado por la presión, dio marcha atrás en sus declaraciones– como un síntoma de los cambios registrados en el terreno y en el clima internacional. El jefe de la coalición de Doha expresó su gran decepción ante la actitud de Occidente, que no ha cumplido sus promesas, mientras que el ministro francés de Relaciones Exteriores Laurent Fabius reconocía abiertamente que el tema sirio ha dejado de ser la prioridad de los países occidentales. El fracaso de la reunión de los «Amigos de Siria» realizada en París el 28 de enero (de 2013), es un reflejo de esas palabras. Sólo participaron 50 países y organizaciones, contra 108 en Marruecos el 12 de diciembre de 2012.

Los países occidentales dicen, por su parte, estar decepcionados de la coalición de Doha y de su supuesta ala militar, el llamado «Ejército Libre». La relación estructural y orgánica que existe entre el Frente al-Nusra, miembro de la nebulosa al-Qaeda, y las unidades armadas de la Hermandad Musulmana explica la intransigencia de la coalición de Doha y su defensa de al-Nusra desde que Washington incluyó a ese grupo en su lista de organizaciones terroristas. ¿Es necesario recordar que la Vanguardia Combatiente, la organización militar de la Hermandad Musulmana, participó en la fundación de al-Qaeda, en el Afganistán de los años 1980, después de su derrota ante el Ejército Árabe Sirio?

Las realidades de lo que está pasando en el terreno han demostrado el fracaso del estúpido e ingenuo proyecto de Hillary Clinton, al que se sumó Francia, que consistía en estimular la creación de «zonas liberadas» controladas por la oposición armada. Esta última no es más que una mescolanza de bandidos, terroristas y rebeldes que se matan entre sí para quedarse con el botín. Por consiguiente, el proyecto de formar un gobierno de oposición se quedó en agua de borrajas como resultado de la contraofensiva del Ejército Árabe Sirio.

El fracaso de la guerra contra Siria

Las transformaciones políticas y militares se aceleran paralelamente a la preparación de una cumbre ruso-estadounidense que, evidentemente, debe abordar el tema de Siria. La aceptación por parte de Estados Unidos del mecanismo que debe poner fin a la violencia, propuesto por el presidente Bashar al-Assad, es la clave de todo nuevo proceso en el marco de la crisis siria. Ese mecanismo pasa obligatoriamente por el cese del envío de armas y financiamiento a los terroristas por parte de los países y de sus aliados turcos y árabes del Golfo.

Los estadounidenses podrían complicar las cosas y ejercer un chantaje durante la próxima etapa para tratar de mejorar sus propias posiciones en la solución política. Pero es evidente que cada progreso del ejército sirio en el terreno y todo avance del Estado en la vía del diálogo entre los propios sirios acerca el momento en que la coalición imperialista-colonial tendrá que reconocer el fracaso de su proyecto sirio y la victoria de la Siria que resiste. Es cierto que la liquidación de los grupos terroristas que se han hecho fuertes en diferentes regiones del país llevará tiempo. Pero el Estado sirio sabe cómo liberar el país de esas fuerzas del mal.

| 15/02/2013