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Una c&aacutercel de la CIA junto a usted

Una cárcel de la CIA junto a usted

Por: David Alandete | 10 de diciembre de 2011

Y al final de la calle, una prisión de la CIA. El pasado jueves se supo que la agencia de espionaje norteamericana operó una cárcel de máxima seguridad en una zona residencial de Bucarest, en Rumania. En la planta de arriba se hallaba la Oficina del Registro Nacional de Información Clasificada, un gris edificio de apariencia burocrática. La prisión estaba en el sótano. Se abrió en secreto en otoño de 2003 y se abandonó en mayo de 2006.

Los detenidos llegaban en furgonetas. Entraban al edificio por la puerta trasera. En el sótano había seis celdas, según reveló AP. En cada una había una flecha que señalaba hacia la Meca. En aquel recinto se interrogó a algunos de los cautivos más preciados de la llamada guerra contra el terrorismo. A Khaled Sheikh Mohammed, supuesto autor ideológico del 11-S, se le sometió a técnicas de interrogación extremas. Se le privaba del sueño. Se le hacía quedarse durante horas en posturas dolorosas. Se le rociaba persistentemente la cabeza con agua.
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Prisión de la CIA en Rumanía / Foto: AP.

Se sabe ahora que Europa (especialmente Europa del Este) tuvo un papel más importante de lo que se pensaba en la guerra sucia contra el terrorismo. Hubo centros de detención secretos, donde se practicaba la tortura, en al menos tres países: Polonia, Lituania y Rumanía. ¿Recuerdan aquellos pomposos discursos de George W. Bush sobre el nacimiento de una nueva Europa, al margen del eje franco-alemán? ¿Sus visitas a naciones ex comunistas con democracias jóvenes y gobiernos conservadores? ¿Sus esfuerzos para que estados del Este entraran en la OTAN? Parece que, para algunos, todo aquello venía acompañado de una factura política: albergar prisiones de la CIA.

La primera cárcel secreta la encontraron informativos de la cadena norteamericana ABC News en Vilnius, la capital de Lituania, en 2009. Estaba dentro de una lujosa academia de equitación que en marzo 2004 compró una sospechosa empresa llamada Elite LLC. Era en realidad un satélite al servicio de la CIA. Dentro, EE UU construyó un edificio dentro de otro edificio, una cárcel de máxima seguridad que albergó a ocho supuestos terroristas de Al Qaeda, a los que también se torturó. ¿Saben qué sucedió también en aquel mes de marzo de 2004? Lituania fue admitida en la OTAN. Ya era parte del club. Ahora correspondía devolver el favor. En septiembre, los presos, capturados en Afganistán, llegaron a la nueva cárcel.
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Prisión de la CIA en Lituania (Foto: ABC News)

Aquí en Washington a esas prisiones se las conoce como "sitios negros". Existen porque Bush firmó un decreto, el 17 de septiembre de 2001, seis días después de los atentados, otorgándole a la CIA poderes para luchar contra el terrorismo, incluidos los de capturar y matar a operativos en cualquier lugar del mundo. Aquello suponía un problema. ¿Dónde se podía trasladar a los miembros de Al Qaeda capturados en Afganistán? Bush pensó en varias opciones. La primera era en alta mar, en aguas internacionales. Otra posibilidad eran islas remotas, como las del lago Kariba, en Zambia. Y una tercera era en cárceles secretas construidas dentro de países aliados. Esa fue la opción elegida. Ocho naciones participaron en el programa.

A largo plazo, Bush decidió trasladar a los capturados en la llamada guerra contra el terrorismo a Guantánamo. Era la solución más fácil: una base alquilada a un país enemigo, con el que EE UU no tiene relaciones diplomáticas. Allí fueron llegando los detenidos. Y qué más daba que los Castro se quejaran. En total, más de 700 supuestos terroristas pasarían por allí. Hoy sólo quedan unos 170. En 2006 ya no había ninguna cárcel de la CIA abierta.

Finalmente, el presidente Barack Obama anuló definitivamente el programa de detenciones e interrogaciones de la agencia en 2009. Sólo quedan los edificios que se usaron de forma secreta, camuflados en calles de apariencia completamente normal, como el descubierto ahora en Bucarest. Y muchos ciudadanos de naciones que se alinearon enardecidamente con Bush tras el 11-S se preguntan ahora: ¿Es posible que al final de mi calle también hubiera una cárcel de la CIA?

| 12/12/2011