noscript

Seleccionados

«En Turqu&iacutea ya no matan a los periodistas, pero los entierran en vida» parte 2

«En Turquía ya no matan a los periodistas, pero los entierran en vida» parte 2

Pruebas fabricadas

«En Turqu&iacutea ya no matan a los periodistas, pero los entierran en vida» parte 2


Este periodista asegura que las pruebas contra él y los demás acusados de Oda TV han sido fabricadas, tal y como han demostrado varias organizaciones periciales internacionales. Según él, el verdadero motivo de su encarcelamiento es el libro que estaba escribiendo, «El ejército del imán», que describía la infiltración islamista en el seno de la policía y la judicatura, y cuyo borrador fue secuestrado y destruido antes de su publicación, en 2011. «Durante los años 90, treinta y ocho periodistas fueron asesinados, en su mayoría socialistas y kurdos. El arma que usaban entonces para censurar eran las balas, ahora usan las prisiones», dice. «Ahora no nos matan, pero nos entierran en vida».

Para Marthoz, la primera causa de esta situación es la ambigüedad en la legislación actual. «El artículo 10 de la Convención Europea de Derechos Humanos permite límites a la libertad de expresión, pero siguiendo criterios muy precisos. Una de las cosas más cuestionables del sistema legal turco es su carácter vago, impreciso, que permite arbitrariedades», indica.

Tanto Marthoz como Shik coinciden en que existe además un ambiente de intimidación a la prensa que refuerza la autocensura. «El primer ministro [Erdogán] da nombres de periodistas críticos a los dueños de los medios, y los despiden, porque los grandes grupos mediáticos tienen lazos financieros con el gobierno», afirma el reportero turco, cuya visión, no sólo del futuro sino del propio presente, es poco esperanzadora. «Turquía ya es una autocracia», asegura.

La legislación antiterrorista, aplicada a periodistas

DANIEL IRIARTE ESTAMBUL

Todos los consultados para este reportaje coinciden en que un importante condicionante es la durísima normativa antiterrorista, que según Human Rights Watch es la segunda más restrictiva del mundo después de la del Reino Unido. “En muchos países las leyes antiterroristas se aplican de forma inadecuada. Aquí, muchos representantes estatales creen que necesitan la ley antiterrorista, y algunos piensan que la pueden utilizar para otras cosas, para limitar la libertad de expresión de una forma que no tiene nada que ver con la lucha contra el terrorismo”, asegura John Ralston Saul, presidente del PEN Club Internacional, que esta semana celebró un acto en Estambul para denunciar este problema.

De acuerdo con el informe de la OSCE consultado por ABC, todos los periodistas encarcelados, salvo unos pocos, están acusados de algún tipo de relación con un grupo armado, subversivo o golpista. “Los regímenes opresivos nunca dicen que están encarcelando a periodistas, sino a terroristas”, señala Ahmet Shik.

| 22/11/2012