Más de un millón y medio de desplazados, que son el resultado del conflicto que vive Siria desde hace más de un año y medio... Es el movimiento de desplazamiento interno y externo sin precedentes desde la guerra con "Israel" en el año 1973, no hay ninguna provincia de Siria, que no se ha visto involucrada en algunas de sus regiones, para no decir la mayoría, en los movimientos de desplazamientos a otras zonas o provincias más seguras que las que se han presenciado enfrentamientos armados y actos de terrorismo, para dibujar nuevas características de los casos y las necesidades humanitarias de las familias desplazadas en los lugares de refugio (escuelas o casas cercanas).

La situación de los desplazados

Al impacto de las balas que zumbaban y al son de las explosiones, la población de los puntos más calientes recogían precipitadamente algo de ropa y unos papeles y documentos personales importantes, acudían a uno de los centros más cercanos de acogida a refugiados, centros que son patrocinados por la Media Luna Roja Siria, que podrían ser escuelas, por ejemplo, o acudían a casas de familiares o amigos, o alquilaban un apartamento o habitación en una de las zonas más seguras en el caso de que los desplazados disponían de suficiente dinero.

Ahmed Selmo es uno de los desplazados de la provincia de Homs - el Bayada, Ahmad se queja durante su entrevista con "Alintiqad" del largo tiempo transcurrido hasta que le otorgaran la ayuda alimenticia, que se extiende a 40 días, y pidió a las partes interesadas reducir este período, debido a la ausencia de recursos materiales y la imposibilidad de trabajar en las actuales circunstancias, señalando que él vive en el sótano de un hotel de la localidad de “Saida Zeinab”, cuyo alquiler lo pagan, por él y por otras familias que residen en el hotel, las “buenas personas” de la zona.


En cuanto a Mohamad Abbas, otro desplazado de Homs – Telbise, explicó que toda persona desplazada no puede conseguir ayuda si su libro de familia tiene el sello de la provincia de Damasco o si uno de los miembros de la familia había nacido en Damasco, en referencia a que esto significa que es residente de Damasco y por lo tanto no merece la ayuda, señalando que "se vio obligado a alquilar dos habitaciones en el área de Sbeineh en la periferia de Damasco con un alquiler mensual de 5 mil libras, debido a la falta de espacio en los centros de acogida".

El caso de Gamal Ibrahim (de Hama) no difiere mucho del estado de Abbas, quien se vio obligado a alquilar una casa para su familia de seis personas, haciendo hincapié en que a pesar del lapso de dos meses no ha recibido ninguna ayuda hasta la fecha, a pesar de sus continuas llamadas a las puertas de la Media Luna Roja.

Lo mismo se puede decir de muchas familias desplazadas, Ali Jakjouk (desplazado de la zona de Salafin en Idleb), es padre de una familia compuesta por 5 personas, está en el paro, alquiló una casa por cinco mil libras, tampoco recibió ayuda durante cinco meses, con la insistencia de la Media Luna Roja de la obligación de que presente un certificado de residencia como una condición necesaria para recibir la ayuda en la ausencia de su libro de familia que se había perdido en los bombardeos. Jakjouk señaló que algunas familias desplazadas viven en situaciones muy duras, él comparte la misma casa con otras cinco familias.

En cuanto a los que viven en los hoteles y de forma gratuita, su situación no es mejor que el resto, Abdul Asalam Asmar, desplazado de Homs distrito de Khalidiya, señaló que el dueño del hotel “Sukaina” en el barrio de “Saida Zeinab”, ha pedido de la gente solvente del barrio pagar las facturas mensuales de electricidad que llegaban hasta 100 mil libras Sirias y, a veces de 200 mil libras, y esto supera sus capacidades, ya que pagan el alquiler mensualmente, lo que llevó a los hoteleros reclamar a los desplazados a pagar parte de las facturas eléctricas, teniendo en cuenta que el número de apartamentos en el hotel es 34, y el número de familias acogidas es 34 familias, señalando que lo que aumenta el sufrimiento de los desplazados es la falta de gas doméstico para cocinar y la dificultad de obtenerlo en los centros de distribución.

El papel de los ayuntamientos, ¡pero!

Los desplazados que llegan a cualquier zona, normalmente acuden a los ayuntamientos, por lo que muchos de los desplazados de las provincias de Homs, Idlib y Deir Al-Zour, incluso de Duma y Zabadani, en las afueras de Damasco, se dirigen a la zona de “Saida Zeinab”, una de las zonas que más desplazados acoge, y allí consiguen viviendas que les sirve de refugio, según ha explicado el alcalde de la localidad, Ali Jarma, dijo que "muchas de las familias desplazadas procedentes de otras provincias se fueron a la municipalidad, donde se les indica a la "buena gente" que les pueden ayudar, teniendo en cuenta que mucha gente de “Manos Blancas” paga un coste simbólico como alquiler mensual para las personas desplazadas que están en los hoteles, pero el problema es la incapacidad de los hoteleros para sufragar los gastos de funcionamiento de la electricidad y el aire acondicionado y los salarios de los trabajadores y el mantenimiento, por lo que pedimos a las autoridades eximir a los propietarios de los hoteles de las tasas eléctricas que a menudo llegan a 70 mil libras por mes.

Jarma señala que la "buena gente" se hace cargo de los gastos de los desplazados por razones humanitarias y religiosas, diciendo que “Saida Zeinab” es una de las zonas que más desplazados acoge en toda la región rural de Damasco, seguida por Gesrin, Misraba, Duma, Deir Asafir y Zebdin, debido a la existencia de casi 114 hoteles e instalaciones turísticas en estos lugares.

El papel de las fundaciones benéficas

También las fundaciones civiles juegan un papel muy importante, especialmente en la distribución de alimentos a las familias desplazadas y afectadas por los acontecimientos, en coordinación con la Media Luna Roja, entre ellas la “Asociación de la caridad” ubicada en Hugaira, dijo Walid Al-Ali, un miembro de la Asociación, que la distribución de ayuda a los desplazados pasa a través de la Media Luna Roja Siria, señalando que aproximadamente entra 1500 - 2000 familias están registradas en la Asociación.

Khaled al-Arksosa, el director de operaciones de la Media Luna Roja Siria, declaró para "Alintiqad" que "las cestas de alimentos repartidas a los desplazados es lo suficientemente grande como para abastecer a las familias, ya que el peso de cada cesta es de 58 kilogramos y está preparada de acuerdo a las normas internacionales en cooperación con el Programa Mundial de Alimentos". Arksosa no oculta la existencia de problemas en el reparto, a veces no pueden hacer llegar la cesta a todas las familias a causa de las condiciones de seguridad que prevalecen en Siria, lo que impide la transferencia de la ayuda alimenticia entre las provincias y regiones y la posible consecuencia de que haya falta de las cantidades asignadas a los lugares de concentración de personas desplazadas".

El sello de Damasco

En relación con la denuncia de los desplazados, sobre el control que ejerce la Media Luna Roja Siria, en la existencia del sello de Damasco, así como su negativa a conceder ayuda a aquellos que tengan el sello de la ciudad de Damasco, respondió Arksosa diciendo: "Es verdad que al principio de la crisis, nos abstengamos a conceder la ayuda a los originarios de las provincias de Idlib, Homs y Hama, que residían en Damasco, en el caso de la existencia del sello que indica la provincia de Damasco, ya que demuestra que el desplazado es uno de los residentes en la ciudad de Damasco, y no de las familias afectadas, en el sentido de que el sello nos hace distinguir entre los que merecen la ayuda y los que no la merecen, pero ahora, por lo que está ocurriendo en la provincia de Damasco y el movimiento de grandes desplazamientos hacia la capital, los residentes en Damasco acceden a la ayuda alimentaria al igual que los desplazados de otras provincias.


Arksosa subraya que "las personas desplazadas que están en casas de parientes reciben ayuda alimentaria a través de organizaciones de beneficencia, previa coordinación con la Media Luna Roja Siria, y tras asegurarse de que estas familias merezcan la ayuda. Pero aquellos que viven en lugares de refugio como escuelas, la ayuda les llega en porciones de comida preparadas en una cocina central, donde se encarga de preparar las comidas diarias para cada uno de los que se encuentran en el centro de acogida, donde se los hace llegar a través de la Media Luna Roja o de organizaciones benéficas, y esto es lo que puede verse actualmente en el centro Al-Zahira de Damasco".

Pero en lo que respecta a los hoteles que albergan a los desplazados, como es el caso de la localidad de “Saida Zeinab”, Arksosa explica que "los hoteles están seguidos por el Ministerio de Asuntos Sociales y Trabajo", señalando que "el gobierno actual ha recibido una directiva para pagar las facturas de electricidad de los hoteles para aliviar la cargas materiales, por lo tanto los dueños de estos hoteles están eximidos de pagar las facturas de electricidad”.


El director de operaciones de la Media Luna Roja Siria afirma que "la organización anima a los desplazados a regresar a sus hogares, y se compromete a prestarles asistencia y hacer llegar las ayudas a sus propios hogares. Y esto es lo que hemos visto en los sucesos de Damasco, que ha contado con una dinámica de movimiento mucho más rápido que lo de Homs en términos de velocidad de retorno de los desplazados en Damasco a sus hogares, como el caso del distrito Almidan por ejemplo. El gobierno sirio ha ofrecido a la Media Luna Roja Siria todas las facilidades para acelerar el proceso de transporte, así como proporcionar el almacenamiento, y la Organización está tratando de introducir los alimentos en Alepo".

La crisis de Alepo aumenta el movimiento de desplazamientos

El desplazamiento causado por el deterioro de las condiciones de seguridad en muchas de las provincias sirias está en aumento según las estimaciones de la Media Luna Roja Siria, especialmente después de la crisis de Alepo, que llevó a miles de los residentes en Alepo a desplazarse a provincias más seguras, lo que aumenta el tamaño de la carga de las organizaciones humanitarias pertinentes, que cumplen a la perfección sus obligaciones de atender a los desplazados con la esperanza de que finalice pronto esta prolongada crisis.