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Internacional

Panorama 30/09/2011

Panorama 30/09/2011

El huracán Ophelia se intensificó rápidamente a categoría 2, el viernes declaró el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) en su reporte matutino.

Ophelia se regeneró en una tormenta tropical el miércoles y se convirtió el jueves en el cuarto huracán de la temporada 2011 del Atlántico.
Ophelia se ubicaba a unos 1.120 kilómetros al sur-sudeste de Bermudas, y tenía vientos máximos sostenidos de 160 kilómetros por hora (kph).
Los ciclones tropicales se convierten en tormentas con nombre cuando sus vientos exceden los 63 kph y pasan a ser huracanes cuando sus vientos superan los 119 kph.

Wall Street: la mano que mueve los hilos de la economía mundial

Una crisis económica no es un fenómeno motivado por la marcha de los acontecimientos, sino artificialmente causado por los bancos de Wall Street, por ejemplo por Goldman Sachs, para sacar beneficios.
Lo que es una tragedia para unos, para otros es un modo de ganar más dinero. En cuanto a los grandes desplomes financieros los jugadores en las bolsas no lo disimulan.
Aquellos que disimulan la información real son los medios, para quienes estas palabras francas produjeron un efecto de una bomba.
En vez de reflexionar sobre esta confesión, las cadenas empezaron a tratar a su autor como un “loco”, quien se equivoca sobre el rol de uno de los bancos más grandes que generaron la crisis financiera del 2008. Y todo esto a pesar de los testimonios de sus mismos empleados, quienes aseguran que la industria bancaria echó raíces en el gobierno desde hace años.
Tras llegar a la sala donde se toman decisiones, los bancos han extendido su poder en la sociedad hasta las cosas más simples.
Todo lo que parece habitual y cotidiano tiene un trasfondo más profundo. “Aquellos que persiguen los intereses especiales en Wall Street, en la industria de seguros, son las personas que escriben leyes que pasa Obama. Lo mantienen en el poder, financian su campaña, pero las leyes están escritas para beneficio de ellos”, dijo Peter Schiff presidente de Euro Pacific Capital.

Fuente: Rusopedia

¿Es real el índice de desempleo en EE.UU.?

Casi devastada y en declive, la ciudad de Detroit parece sentir toda la fuerza de la crisis económica que golpea a EE.UU. Uno de cada tres residentes vive por debajo de la línea de pobreza. Casi la mitad de las escuelas públicas están a punto de cerrar y la tasa de criminalidad aumenta como nunca antes.
Según datos del Gobierno de EE.UU., el 9,1 por ciento de la población se encuentra sin trabajo. Pero los expertos aseveran que las medidas -a las que califican- de decepcionantes y las estadísticas -de cuya veracidad dudan-, enmascaran una epidemia real de desempleo.
“Ellos no toman en cuenta a los trabajadores parciales que buscan un empleo constante. Tampoco consideran a la gente que estuvo sin trabajar un largo tiempo, aquellos que estuvieron desempleados más de medio año”, destaca el periodista y escritor David DeGraw.
“Antes esta gente habría sido clasificada como desempleada, pero el Gobierno continuamente modifica la definición de esta clase de desempleados y lo hace con el propósito de que las tasas de desocupación parezcan menores de lo que son. Así que con el transcurso de los años, las cifras fueron rectificadas de manera que el estado de la economía tenga mejor apariencia de la que realmente tiene”, señala Peter Schiff, director general de la compañía Euro Pacific Capital.
Si se toma en cuenta a los trabajadores temporalmente ocupados y a los parados, la tasa real del desempleo en EE.UU. asciende a casi el 16 por ciento, una estadística que con frecuencia las autoridades prefieren ocultar a la opinión pública.
“Si estuvieran incluidos, el Gobierno tendría que reconocer que están frente a una crisis mayor y deberían hacer algo al respecto. Esto es parte de su campaña de propaganda, lo que les permite mantener el status quo, hasta que la sociedad sufra un colapso”, añade David DeGraw.
La recesión en EE.UU. comenzó en 2007 con la crisis hipotecaria y su expansión provocó la depresión del sector laboral, que se convirtió en un hecho imposible de ignorar.
“Es un período difícil para el país. Pero somos la nación norteamericana. Somos más duros que los tiempos que vivimos”, dijo el presidente de EE.UU. Barak Obama durante su discurso en Washington.
Pero para curar las heridas de la economía nacional, los analistas subrayan que los funcionarios deben dejar de lado su retórica optimista y encarar la cruda realidad.
“El desempleo continuará creciendo. La inflación seguirá aumentando y en vez de aparentar que la situación no es tan mala, debemos aceptar su carácter decadente, porque así tenemos más probabilidad de percibir los errores que cometemos. Es decir que la línea política es deficiente y más regulación gubernamental no mejorará la situación”, asegura Peter Schiff.
Obama propuso un plan de reanimación del mercado laboral en EE.UU., que supone una inversión de 447.000 millones de dólares. Pero hay quienes advierten que si se cierran los ojos a los problemas candentes, no habrá dinero que alcance para acabar con esa enfermedad llamada desempleo.

| 30/09/2011