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Opinión

El laberinto de la fortuna en Sudamérica: El caso chileno

El laberinto de la fortuna en Sudamérica: El caso chileno

Por Cristián Fuentevilla - Cientista Político

El laberinto de la fortuna en Sudamérica: El caso chileno
Hace dos meses que se viven inusitados hechos de violencia política, que cambiaron la fisonomía moral de la sociedad chilena. La movilización social se vuelca en todos sus argumentos en terminar con cualquier idea que pretenda ser más verdad que el pueblo. Se han aventurado juicios y análisis, que pocas veces explican la responsabilidad de la volatilidad del escenario político en Sudamérica. Pero una explicación para los hechos actuales, desde la mano invisible de los mercados globales, a la radicalización de la coerción frente a la demanda democrática. Se comienza a presentar de manera constante 8 meses antes del estallido social en Chile. El siguiente análisis explica de manera causal, como un escenario de este tipo lo precede otro, en una generación de riesgos sin precedentes.

Al calor de los recientes acontecimientos (febrero 2019) que se suceden en la frontera de Venezuela, existe un análisis deficitario en torno a las diferentes dimensiones del conflicto a escala regional. Una de ellas por de pronto es la participación del gobierno de Chile. Es innecesario ahondar en el compromiso e incondicionalidad a la política exterior de EEUU Manifestada en una relación histórica de este sector político, cuando se trata de organizar los esfuerzos para abrir las fronteras a las aventuras políticas más voraces de este país en la región.

Una medida reciente de estos nuevos escenarios es la apertura a la migración de venezolanos opositores a su sistema político, que de acuerdo a las estadísticas recientes se trataría de la migración más numerosa frente a otras comunidades inmigrantes. A diferencia de otras comunidades demuestran tener claros componentes organizativos para delinquir políticamente, dado que es superfluo señalar que demostraron tener una experiencia reciente en acciones homicidas contra la sociedad venezolana. Por lo que su importación política contrae riesgos y amenazas, pues están organizados de manera ilícita para delinquir. Lo que es equivalente a colocar en la calle 190.000 soldados irregulares.

A la  pregunta de qué tipo de amenaza pueden revestir, pues claramente el paso del opositor venezolano es un tema de corto alcance. Acá los coloco la voracidad de EEUU para perpetuar la Constitución de la dictadura cívico militar y su sistema político. Visto de ese modo, infravaloran la soberanía de nuestro pueblo, que ya bastante tiene con su supervivencia. Ya que en esta coyuntura, sin mayor resistencia de la clase política el actual gobierno autorizaría la instalación de bases militares de EEUU en territorio chileno. Considerando como indicador el TPP-11 y su ladina entrega de la soberanía, propia de la tradición congresista y rentista de la economía de estos últimos 150 años. Porque con el rol doctrinal que juegan las actuales instituciones de defensa les basta a los EEUU.

En consecuencia, los esfuerzos se enmarcan en incorporar estos sectores migrantes en el más corto plazo al padrón electoral, para hacer permanecer los componentes ideológicos de estos sectores en un modelo democrático representativo. Que por cierto anule la voluntad del pueblo de Chile en un escenario polarizado electoralmente, donde la izquierda sea conducida por la izquierda, desbloqueando la conducción y capitalización de parte de la socialdemocracia o centro político, como tendencia de la transición democrática chilena.

La evidencia indica que la política no se puede recomponer, pues se tienen o no se tienen, las fuerzas materiales que finalmente son las que instalan los escenarios. Por lo que anular el padrón electoral como en Brasil mediante un golpe blando, acá no sirve. Por lo que la tendencia se reafirma en torno a la hipótesis de una revolución de colores, que básicamente pueda no solo hacer permanecer al régimen político de excepción actual, en la exclusión lógica de sus beneficios, así como en la abstención electoral. De igual manera el aumento de las condiciones de la expoliación transnacional, en la fuerza de trabajo y los recursos naturales.

Un segundo momento muy condicionado por el anterior, es la ausencia de análisis en el supuesto desperfecto en el avión que trasladaba al presidente S. Piñera a Colombia, en el contexto de la presión que está ejerciendo EEUU en la región sudamericana, para tomar posesión de los recursos naturales de Venezuela. Hasta ahora no hay informes técnicos, ni una declaración oficial de algún vocero del gobierno en torno a este incidente. Lo que genera algo más que suspicacia, por lo que debemos dar cuenta necesariamente de un corolario conductas antropófagas de parte de la derecha política. De hecho este mismo presidente había sufrido el secuestro de un hijo, en manos de la misma derecha.

De aquí que la posibilidad de un atentado sea perfectamente posible. Por lo que analizaremos esta hipótesis, primero desde la posibilidad de prescindir de parte del EEUU del presidente Piñera. A juzgar por la seguridad del evento en Colombia, no estaba contemplado algún dispositivo especial de seguridad, dado el alto riesgo que existe en la zona. Por lo que recibió instrucciones para trasladarse a cuenta de asumir por cuenta propia su seguridad. De otro modo no se le hubiese recomendado participar de esta actividad. Pues de revestir alguna importancia para el manejo de la agenda de relaciones internacionales en la región, no existiría justificación para una situación riesgo de ese tipo.

Independiente del rol secundario, que pudiese tener Piñera en la fronterización del conflicto político de EEUU con Venezuela.  Desde la perspectiva del análisis local, la manutención de los aviones para su condición operativa, es institucional. Si existiera una iniciativa en torno a la generación de un profundo rechazo de Piñera en algún sector institucional, para desprenderse de la principal autoridad del poder ejecutivo, primero es porque es reemplazable. Segundo porque cohesiona un gobierno que carece de alguna posibilidad de generarse apoyo en el corto plazo para mantener la agenda de gobierno. Tercero porque en la excepción se puede reinventar el relato de los hechos y terminar culpando a la izquierda.  Cuarto, los atentados en Chile contra presidentes son una realidad, pues han sido bombardeados y envenenados, por lo que el magnicidio está instalado en el imaginario político desde la instauración de la dictadura cívico-militar.

Hasta acá la posibilidad de que se haya generado una idea de este tipo desde la fuerzas del gobierno, parece poco probable, pero no imposible. Considerando la filtración de  escuchas telefónicas ilegales en 1992, que por cierto generaron un crisis dentro de la derecha que los redefinió en el mediano plazo. O sea los antecedentes existen. Pero lo importante es que en un escenario de este tipo, operar sin el consentimiento de EEUU para la derecha es muy difícil, por lo que si se demostrara la existencia de este tipo de políticas, tendría que ser asumiendo que existe permisividad de EE.UU para conciliar sus fines.

De Estados Unidos, no hay mucho que agregar salvo que es el país con la mayor cantidad de presidentes asesinados. Hablar de ellos es extenso e inoficioso al momento de poner a buen resguardo las diferencias y similitudes. Pero lo real es que en escenarios de crisis se suelen tomar medidas extremas. Más allá de si la hipótesis de atentar con el presidente Piñera, es verificable como tal, es ciertamente implacable la comprensión en la observación protocolar de un análisis científico si existen los antecedentes para formular esta hipótesis.

Cuando la soberanía es constitucional y no descansa en el pueblo, es fácil confundir algunas definiciones, por lo que no podría operar un grupo que se autodefina patriota a espaldas del pueblo con estos recursos, para propósitos inter-burgueses en las relaciones internacionales y en las del Chile actual. Finalmente un ejemplo muy ilustrador es el atentado a Hitler en Julio de 1944, por un grupo de oficiales que conspiraron ante la inminente derrota de Alemania en la segunda guerra mundial. Pues no iba  a ser esto,  lo que hizo capitular incondicionalmente a los nazis. Por el contrario una manifiesta organización política fue la que aplastó el fanatismo de una Alemania nazi a los pies del Reichstag.

El presidente Piñera ha dado muestras de utilidad, lo que ciertamente no lo hace prudente frente a la fortuna. Y un atentado es solo un imponderable, un costo, como lo manifestara el denominado presidente interino J. Guaidó. Puede que estos socios políticos hoy tengan una parte de las respuestas, pero a la sombra de un EEUU derrotado en Siria, intentando recomponer los días del escenario unipolar, en las medidas unilaterales. Es difícil esconder que no se puede ser más verdad que nuestros pueblos, ya que ellos no conciben otra soberanía más que la de su sobrevivencia. De aquí también la amarga verdad, de que aventureros y mercenarios estén a la orden del día en estos escenarios de incertidumbre y faltos de virtud.

 

| 20/12/2019