El líder de Hezbolá retuerce el brazo de Netanyahu

Una semana después de la clara amenaza del secretario general de Hezbolá, Sayed Hassan Nasrolá, de responder al último ataque israelí en Líbano y Siria contra efectivos de Hezbolá, la Resistencia cumplió la promesa.

Poco después de las cuatro de la tarde de este domingo, cerca de la base militar israelí de Avivim, en el norte de Palestina ocupada, tres misiles “Kornet” disparados desde el sur del Líbano impactaron en un vehículo militar israelí, tipo Wolf, causando bajas entre las tropas israelíes.

Como respuesta inmediata, el ejército israelí lanzó más de 100 bombas de artillería en las zonas fronterizas causando incendios.

A pesar de que Netanyahu había advertido la misma jornada que “Líbano pagará el precio”, Tel Aviv “se tragó” el golpe y anunció la “vuelta a la normalidad” en las zonas fronterizas con Líbano.

En la Inteligencia militar israelí, la pregunta en los últimos días no era si Hezbolá actuaría sino cuándo y dónde. Por eso, sus baterías antiaéreas estaban en máxima alerta mientras sus soldados recibieron consignas de “no exponerse” en sus patrullas de vigilancia cerca de la frontera ante el temor del ataque desde el sur del Líbano.