Un estudio británico mostró que la financiación extranjera a lo que denominó “radicalismo” en Gran Bretaña, proviene principalmente de Arabia Saudita, mientras la embajada saudí en Londres describió estas acusaciones como “absolutamente falsas”.

Tom Wilson de la “Asociación Henry Jackson” manifestó en un comunicado que “Arabia Saudita es, sin duda, se sitúa en la cabeza de la lista de países que fomentan el radicalismo”.


El centro de estudios, con sede en Londres, detalló que Arabia Saudita, desde los años sesenta, gastó millones de dólares por la exportación de la doctrina wahabí al mundo musulmán, incluyendo las comunidades musulmanas en Occidente”.

Según el estudio, la financiación saudí tomaba principalmente la forma de donaciones a las mezquitas, que a su vez “jugaron el papel de anfitrionas para los fanáticos predicadores y la difusión de la retórica extremista”, de acuerdo a las expresiones del texto.

El Centro “Asociación Henry Jackson” reclamó imponer nuevas leyes que exigen a las mezquitas y otras instituciones islámicas, declarar las fuentes de su financiación extranjera.


También pidió abrir una investigación sobre la financiación externa al extremismo, lo que supone presionar al gobierno británico, que hasta la fecha se niega a publicar sus informes sobre la financiación extranjera al terrorismo.

En una declaración a la cadena británica “BBC”, la embajada saudí en Londres, dijo que estas acusaciones son “absolutamente falsas”.