Cientos de prisioneros palestinos en cárceles israelíes entraron en el día 40 de la huelga de hambre “Por la Libertad y la Dignidad” con la que protestan las condiciones de su encierro y piden su mejora.

Unos 1.600 prisioneros palestinos se mantienen sin comer mientras aumentan las preocupaciones sobre el deterioro de su salud y los llamamientos que solicitan que se alcance una solución, como pidió el jueves el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a la ocupación israelí, que hasta la fecha se han negado a negociar.

“Los israelíes no están reaccionando de manera positiva”, dijo el portavoz de la Comisión de Asuntos de los Prisioneros y Exprisioneros, Akram Ayasa y señaló que no hay vías de comunicación entre ambos.


“La situación es verdaderamente preocupante”, indicó Ayasa y aseguró que un día antes 182 prisioneros fueron trasladados a centros médicos para evaluar su salud.

También el miembro del partido Al Fatah y promotor de la protesta, Marwan Barguti, que cumple cinco cadenas perpetuas, fue sometido este miércoles a un reconocimiento médico para evaluar el deterioro de su salud, antes de ser llevado de nuevo al centro de detención donde está recluido.

“El fin de las penas en celdas de aislamiento, la tortura, negligencia médica o la detención administrativa, además de acceso a educación, cuidado médico y ampliar las visitas de familiares” son las reclamaciones de los huelguistas para mejorar las condiciones de cerca de 6.500 detenidos en cárceles de la ocupación sionista.

La sociedad palestina se ha volcado en mostrar su solidaridad con los prisioneros en huelga con paros generales, continuas marchas de apoyo y manifestaciones en las que dos palestinos han muerto y más de un centenar han resultado heridos.