Este miércoles el Gobierno alemán exigió al gobierno sirio y a sus aliados el fin inmediato de los ataques a la “población civil” en la ciudad siria de Alepo y mantuvo abierta la posibilidad de sanciones contra Rusia.

El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, aseguró en un encuentro habitual con medios de comunicación que “lo más importante” para Berlín en este momento es que los ataques “deben detenerse inmediatamente”.

El Gobierno alemán, al igual que sus socios occidentales, en especial Gran Bretaña y Francia, además de Estados Unidos y sus aliados regionales, están viendo como “se desvanecen” todos sus sueños y sus conspiraciones respecto a Siria. Más de cinco años de “apoyo logístico y financiero” a los grupos terroristas no han servido para derrocar al presidente sirio Bashar al Assad.


Ante la evidencia de recuperación total de la ciudad de Alepo a manos del Ejército sirio y sus aliados, y lo que significa para el futuro de la guerra en Siria, y por consecuencia el destino de los miles de terroristas, algunos países occidentales, como Alemania, se sienten amenazados y se portan como “perdedores” en la batalla de Alepo.

Desde que comenzó la “gran ofensiva” siria contra los terroristas en la parte oriental de Alepo, las voces occidentales “se levantaron” exigiendo el cese inmediato de las operaciones militares, con pretexto de “evitar matanzas de civiles”, cuando de hecho “consintieron” todas las atrocidades de los terroristas en Siria e Iraq, o el “terrorismo de Estado” como ocurre en Yemen y Bahréin.

De todo esto se entiende que estos países solo quieren proteger a los terroristas y evitar su “fulminante caída”.


Seibert reiteró que “todas las opciones” deben seguir sobre la mesa, en relación a la posibilidad de imponer sanciones contra Moscú por su apoyo al régimen sirio.

El portavoz oficial alemán leyó un comunicado bastante duro contra el régimen del presidente sirio, Bachar al Assad, y sus aliados internacionales, Irán y Rusia.

En un deslice muy significativo Seibert agregó que Siria y sus aliados se equivocan si piensan que la guerra va a concluir una vez se terminen de recuperar totalmente los barrios de Alepo que durante años han estado en manos de los terroristas.

Con esto está dicho todo, Alemania se siente parte en la guerra, y no del lado del Gobierno legítimo, y sabe que la liberación de Alepo marca el principio del fin de sus protegidos terroristas.