Las autoridades egipcias reforzaron las medidas de seguridad en todo el país, especialmente en El Cairo y su periferia, ante los rumores sobre una ola de manifestaciones con motivación económica, que no llegó a ver la luz.

Las calles de la capital egipcia se mantuvieron en calma “sin disturbios, ni concentraciones, ni marchas en toda la provincia de El Cairo”, aseguró el gobernador, Atef Abdelhamid, a la agencia oficial MENA.


Según el gobernador, “el pueblo optó por la estabilidad” como mejor forma de que se desarrolle el país, y su ausencia de las calles demuestra su apoyo a las reformas económicas de las autoridades.

La denominada “Revolución de los Pobres” fue convocada en protesta por la profunda crisis económica que sufre el país, marcada por la escasez de productos básicos, la depreciación de la moneda y el aumento de la inflación.

Por su parte, el poco conocido Movimiento de los Pobres, supuestamente el autor de la convocatoria, anunció esta semana que anulaba las protestas ante “el temor de la brutalidad de la policía” contra los manifestantes.


Al final, solo decenas de personas salieron a protestar por la crisis económica en algunos puntos del país como pueblos o distritos periféricos de Alejandría, Guiza, Al Sharquiya, Al Fayum y Beni Suef, según las fotografías mostradas en las redes sociales.

Imposible era acercarse a las principales plazas, como la emblemática Tahrir de El Cairo, con gran despliegue de blindados y efectivos de la Seguridad Central, además de policía secreta.

También se intensificaron los puestos de control y la protección de las instalaciones importantes, como edificios gubernamentales y el aeropuerto de El Cairo, con la ayuda de efectivos militares.