Al menos 43 personas murieron y decenas resultaron heridos este lunes en una serie de atentados en varias ciudades de Siria.

El ataque más sangriento se cometió en un puente de los alrededores de la ciudad costera de Tartús y causó 30 muertos y 45 heridos. Primero estalló un coche bomba y luego un kamikaze se hizo saltar por los aires en medio de la gente que había acudido para socorrer a los heridos de la primera explosión.

Los atentados se producen poco después de que el grupo terrorista Daesh perdiera sus últimas posiciones a lo largo de la frontera con Turquía, y del éxito del ejército sirio y sus aliados que lograron significativos avances en su lucha contra los terroristas, especialmente en el sur de Alepo.


Hasta hace poco tiempo, Tartús no había padecido la violencia de la guerra en Siria, sin embargo el pasado 23 de mayo una serie de atentados, entre ellos ataques suicida reivindicados por Daesh, dejaron más de 170 muertos en Tartús y Yablé.

En otros ataques, en el noreste del país, al menos ocho personas resultaron muertas este lunes en Hasaké, una localidad controlada casi íntegramente por las milicias kurdas, aunque el régimen esté presente en algunas zonas.

Por otra parte, la explosión de un coche bomba provocó la muerte de cuatro personas, y siete heridos, en Homs (centro), según la agencia oficial Sana. En fin, otra explosión se produjo en una carretera al oeste de la capital, Damasco, dejando un muerto y tres heridos.