Es de suponer que los servicios de seguridad en Líbano tachen el nombre de Nabil Skaf de su lista de “busca y captura” tras el anuncio de su muerte este jueves en Alepo (Siria) donde combatía al lado del grupo terrorista Daesh.

La familia del terrorista, que reside en el barrio de Minyeh en la ciudad de Trípoli, en el norte de Líbano, recibió este jueves la noticia que su hijo murió en los combates de Alepo.


Skaf, alias Abu Masaab, es considerado el “buscado número uno” en el norte de Líbano por la cantidad de información que tenía sobre las células de Daesh, cuyos miembros reclutados por él atentaron contra el Ejército libanés, y posteriormente huyeron a Siria.

En el año 2012, empezó a aparecer el nombre de Skaf como una persona radical que sigue la doctrina de Al Qaeda. El 27 de noviembre de 2013 el “supuesto terrorista” fue detenido en una redada acusado de participar en ataques contra fuerzas del ejército y reclutar jóvenes para combatir en Siria, pero fue puesto en libertad por “falta de pruebas”.

Fuentes de seguridad aseguran que era el responsable de la matanza de 11 militares en una emboscada antes de huir a Siria, en 2015.

En los últimos dos años, la mayoría de los detenidos por casos de terrorismo implicaban a Skaf y reconocían durante los interrogatorios que “conectaban con él para ir a Siria”.