Un juzgado negó a las autoridades estadounidenses de inmigración permiso para alimentar contra su voluntad a un inmigrante que lleva tres meses en huelga de hambre en una penitenciaría de Georgia.

Alaa Ismail Yasin, un palestino de 27 años de edad, se rehúsa desde el pasado 17 de abril a ingerir alimentos en el centro de detención Stewart, hasta que las fuerzas de inmigración lo dejen en libertad.


El juez federal Leslie Abrams negó el miércoles a las autoridades a alimentar a Yasin por vía intravenosa o nasal, pero sí autorizó a tomarle muestras de sangre y orina para monitorear su salud.

Según fuentes del penal, el detenido solamente bebe agua y consume "Boost", un suplemento nutricional que tampoco mantiene a salvo a Yasin, cuya eventual muerte podría desatar disturbios en Stewart.

Yasin insiste en que clasifica para salir del penal, pues ya expiró el plazo del gobierno para deportarlo.

Sin embargo, las autoridades se amparan en las restricciones del Acta de Privacidad para negarse a discutir el caso de Yasin, oriundo de Cisjordania y llegado a Estados Unidos con visa de turista.


Fue detenido el pasado año por usar una dirección falsa en un formulario del gobierno y por trabajar ilegalmente en la pizzería de un tío suyo, informó su abogada, Helen Parsonage.

Yasin también fue confinado en solitario tras firmar un documento de protesta por las condiciones de Stewart, una facilidad de Corrections Corporation of America, el mayor contratista de cárceles privadas en Estados Unidos.