El secretario general de Hezbolá, su eminencia Sayyed Hassan Nasrolá, ha reiterado este miércoles su “absoluto apoyo” al pueblo palestino en su “intifada”, recalcando que respalda “la resistencia contra el enemigo israelí en todas sus formas".

En su discurso pronunciado por motivo del inicio del mes de Muharam y la celebración de Ashura, en el recinto de “Sayyed al Shuhada” en la periferia sur de Beirut, señaló que “Estamos viendo un movimiento popular firme en Al Quda (Jerusalén) ocupada, Cisjordania y la Franja de Gaza que se parece al inicio de una tercera intifada”.


“Los americanos y los israelíes suponen que los palestinos estén en un estado de decepción y desesperación, lo que impide cualquier movimiento en el terreno, por esta razón aumentaron las provocaciones, sobre todo en lo que afecta a la Mezquita de Al Aqsa y su intención de dividirla, pero el pueblo palestino ha demostrado capacidad para enfrentar a los retos y defender la Gran Mezquita”, dijo Nasrolá.

Asimismo, afirmó que los pueblos de la región no tienen más opción que “determinar su destino con sangre y lágrimas, sin esperar ayuda de nadie”, lo mismo que el pueblo palestino no tiene otra opción que la resistencia y la intifada “para imponer su voluntad a los ocupantes”.


Arrogancia saudí

El líder de Hezbolá consideró que la tragedia de Mina (ocurrida durante la peregrinación con saldo de más de un millar de muertos y miles de heridos, además de centenares de desaparecidos) ha desnudado a las autoridades saudíes y ha demostrado el “colmo de negligencia” de los gobernantes saudíes y “su desprecio y arrogancia” respecto a todo lo relacionado con los preceptos islámicos y la sangre de los musulmanes, subrayando que lo peor de lo ocurrido es que “prohíben hablar del tema o reclamar una investigación”.

Nasrolá afirmó que la sangre inocente de los peregrinos derramada por la negligencia, el fracaso y la mala gestión de los saudíes tendrá un efecto determinante en “acabar con la injusticia histórica personalizada en estos gobernantes”.


Líbano

Sobre la situación en Líbano, Sayyed Nasrolá consideró que solo hay dos cosas positivas, estabilidad en el ámbito de seguridad y el actual diálogo nacional, achacando la falta de avances en el plano político a "los intereses personales y de partidos", y advirtiendo de que "se hará frente a una situación aún más complicada" si no se cambian las prioridades.

"Todos aquellos que han torpedeado las soluciones se darán cuenta de que han cometido un gran error", dijo, citando "la parálisis de las instituciones, la crisis social y la crisis de la basura".