La jornada del miércoles en Beirut fue marcada por la avalancha humana que se dirigió a la sede de la embajada siria en el barrio Yarze, en las afueras de la capital libanesa, para ejercer su derecho al voto.

En contra de todos los pronósticos, decenas de miles de sirios (residentes y refugiados) acudieron en autobuses y a pie desde las primeras horas de la mañana, para congregarse alrededor de la embajada; los asistentes portaban enormes retratos del presidente sirio Bashar al Assad, enseñas sirias o fotografías del líder de Hezbolá, Hassan Nasrolá.


"¡Con nuestra alma, con nuestra sangre, nos sacrificaremos por ti, Bashar!", coreaban muchos de los presentes.

"Es una respuesta a todos los que apostaron sobre la caída de Siria. Es una demostración de que el pueblo sirio está vinculado a su pueblo, a su tierra y a su soberanía", declaró el embajador de Damasco, Ali Abdul Karim Ali, al tiempo que anunciaba la extensión de los sufragios ante lo que calificó de "entusiasmo" de los votantes.

Reacción

La “exhibición” de los partidarios de Al Assad provocó una contundente reacción verbal de la llamada Alianza 14 de Marzo, dolida y perpleja por el flujo humano que apoyaba libremente a su presidente, pidió la expulsión del representante diplomático de Damasco y de todos los seguidores del presidente sirio.


"Las provocaciones y la actuación de los sirios que apoyan el régimen bajo el pretexto de participar en las elecciones son una clara evidencia que su seguridad no está amenazada. Pedimos al Gobierno que los expulse", declaró el secretariado de esa alianza en un comunicado.

Uno de los componentes de esa alianza, el partido Falange calificó lo acaecido de "invasión de las calles libanesas" y "reminiscencia de la ocupación siria".

Una figura histórica de la oposición interna a Al Assad como Michel Kilo aseguró que la afluencia de votantes en Líbano es producto del "miedo" a que si se abstienen su nombre quede registrado en la frontera y sufran posteriores represalias.