La crisis en Ucrania y los fracasos en Siria ponen la política exterior del presidente Barack Obama en una tensión sin precedentes desde que asumió la presidencia, señala hoy el diario The New York Times.

Durante su primer mandato, Obama estableció que su enfrentamiento a los conflictos en ultramar sería con una ligera presencia de tropas en el terreno y el amplio uso de las Fuerzas de Operaciones Especiales, drones y ciberataques, agrega el periódico.

El empleo de la superioridad tecnológica era la nueva expresión del poderío militar y encubierto, y cuando Estados Unidos participó en los bombarderos a Libia en 2011, el mandatario insistió en que los aliados árabes y europeos tendrían que poner "su piel en juego", porque la Casa Blanca iba a dirigir desde lejos.


Según el artículo del Times, estas acciones, en combinación con la amenaza o el uso de sanciones, demostraron su ineficiencia en las crisis más recientes.

Tal es el caso de Siria, donde la ayuda a las bandas armadas antigubernamentales y las medidas punitivas contra las autoridades de Damasco empeoraron las cosas y contribuyeron al fracaso de las negociaciones de paz.

De esa forma, en momentos en que el mandatario está políticamente debilitado en el plano doméstico los adversarios de Estados Unidos prueban con fuerza los límites de la política exterior norteamericana posterior a las guerras en Iraq y Afganistán, concluye el artículo.