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Economía

Los intereses de la deuda portuguesa empujan al país hacia otro rescate

Los intereses de la deuda portuguesa empujan al país hacia otro rescate

La economía portuguesa todavía le cuesta arrancar a pesar de ajustes aplicados

Después de dos años y medio bajo la asistencia financiera internacional, Portugal no termina de despegar y la amenaza de un segundo rescate vuelve a resurgir, en línea con el aumento de la presión de los mercados.

Cuando sólo faltan nueve meses para que deje de recibir fondos de la troika, los intereses que penalizan su deuda soberana siguen por encima del 7 %, como lo hacían cuando pidió el rescate, y son considerados por los analistas como demasiado altos para que el país recupere su autonomía financiera.

Además, pese a los cuantiosos ajustes y reformas aplicados en Portugal, a su economía todavía le cuesta arrancar. El Gobierno conservador luso vislumbra ya, sin embargo, las primeras señales de recuperación y pronostica que el PIB volverá a crecer en 2014, pero apenas unas décimas.

Los mercados parecen más preocupados por la sensación de inestabilidad política derivada de la crisis de Gobierno registrada este verano que por la aparición de indicadores optimistas, en opinión del director de gestión de activos del Banco Carregosa, Filipe Silva.

"Desde mayo -cuando las obligaciones lusas a diez años daban en torno al 5,5 % de interés- y hasta hoy se ha agravado la percepción de riesgo entre los inversores por la crisis política. Las rentabilidades subieron mucho en aquel momento y por ahora no han regresado a los niveles previos".

La decisión del entonces ministro de Exteriores luso, Paulo Portas -líder a su vez del partido minoritario que garantiza la mayoría absoluta al Ejecutivo-, de presentar su dimisión "irrevocable" por divergencias con el primer ministro, Pedro Passos Coelho, elevó la preocupación de los inversores, que sólo se atenuó con su marcha atrás.

El responsable del mercado de deuda de la entidad lusa recordó que en los mercados "las buenas noticias tardan más tiempo en hacer efecto que las malas" lo que, sumado a un incremento de la presión que ejercen los inversores generalizado en toda Europa -hasta los intereses sobre el bono germano han subido-, perjudicó a Portugal.

Silva coincide con la mayoría de analistas y expertos lusos que sitúan al país ya lejos de Grecia pero todavía distante de Irlanda, considerado al nivel europeo como el ejemplo que seguir.

| 21/09/2013