Líbano
Escalada de violencia entre Hezbolá y la entidad sionista pone la región al borde de la catástrofe
El Movimiento de Resistencia Islámica de Líbano (Hezbolá) y el régimen de ocupación israelí intercambiaron nuevas ataques y bombardeos durante los últimos días, en un contexto de escalada de la violencia transfronteriza, al tiempo que la comunidad internacional exhortó a la moderación ante los temores de una guerra total.
Tras casi un año de guerra, el frente se desplazó esta semana al norte de Palestina ocupada, donde el gobierno israelí prometió restablecer la calma para permitir el regreso de los miles de colonos sionistas desplazados por los disparos de Hezbolá desde el sur del Líbano.
Hezbolá abrió un frente contra instalaciones militares israelíes en apoyo a Gaza desde el inicio de la guerra en la Franja palestina, donde la ofensiva israelí de represalia al ataque del 7 de octubre devastó el territorio y provocó un desastre humanitario.
“Estamos decididos a garantizar que los habitantes del norte puedan volver a sus casas de forma segura”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un comunicado.
“En los últimos días, hemos asestado una serie de golpes a Hezbolá que nunca habría imaginado”, dijo Netanyahu, en sus primeras declaraciones sobre este asunto desde la ola de explosiones de aparatos de comunicación de Hezbolá -que el martes y el miércoles causaron 39 muertos y 2.931 heridos-, y un bombardeo israelí contra su unidad de élite con el asesinato de 16 de sus miembros -entre ellos su jefe, Ibrahim Aqil- y causara un total de 45 muertos.
La madrugada del sábado, Más de 150 misiles disparados por Hezbolá alcanzaron “objetivos estratégicos” israelíes, en los suburbios de Haifa.
Cientos de miles de personas tuvieron que dirigirse a refugios en el norte, donde todas las escuelas cerraron hasta el lunes por la tarde, indicó el ejército israelí.
“Unos 150 cohetes, misiles de crucero y drones” fueron disparados hacia el norte (de Palestina ocupada) durante la noche, sin causar daños importantes”, añadió.
Hezbolá declaró haber atacado instalaciones militares israelíes y la “base y el aeropuerto de Ramat David”, a unos 45 km de la frontera libanesa.
Ante este aumento de violencia, Estados Unidos consideró que una “escalada” militar no era “lo mejor” para la entidad israelí. Todavía hay “espacio” para una “solución diplomática”, declaró el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
La Unión Europea, “muy preocupada”, exhortó por su parte a un alto el fuego “urgente”, y Londres reiteró su apoyo a “una solución de dos Estados”.
Para la coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, “la región está al borde de una catástrofe inminente”.