Un grupo de 475 refugiados cruzaron este jueves la frontera desde la ciudad libanesa de Arsal para regresar a Siria, en un caso de retorno que las autoridades libanesas tratan de alentar pese a las presiones occidentales y organismos internacionales para “impedir el retorno de los refugiados sirios” a sus casas.

“Unos 475 sirios retornaron a Qalamun Occidental a través del paso de Al Zamrani, situado en la provincia de Damasco, que el Gobierno sirio asignó para recibir a los refugiados”, dijo una fuente de seguridad.

“El Gobierno sirio permitió a los refugiados dirigirse a sus hogares en sus propios autos y envió autobuses para recoger a aquellos que no tienen transporte personal”, añadió.

Este grupo representa una pequeña parte de los 50.000 sirios que viven en Arsal y de los 1,5 millones repartidos por todo Líbano, el país que más refugiados sirios acoge en proporción con su población local, de cuatro millones de personas.

La televisión siria anunció horas después el regreso de cientos de personas procedentes de Líbano.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y las ONG se oponen al regreso de los refugiados sirios ubicados en Líbano argumentando que todavía no se dan las condiciones de seguridad necesarias para que los sirios vuelvan. El Gobierno libanés ha interpretado este mensaje como una política activa para impedir el retorno y ha dejado de dar permisos de residencia al personal de ACNUR.

El jefe de la Agencia de Seguridad de Líbano, el general Abbas Ibrahim, declaró que el convoy de este jueves representa solo la “primera fase” de la operación retorno.

“Beirut y Damasco trabajan para facilitar la vuelta de miles de personas”, anunció.

El general Ibrahim recalcó que en todos los casos se trata de regresos voluntarios.