El secretario general de Hezbolá, Sayed Hassan Nasrolá, anunció victoria total sobre Daesh y afirmó que no quedan terroristas takfiríes en suelo libanés, llamando a celebrar el próximo jueves la gran victoria.

“La Resistencia y el pueblo libanés celebrarán la gran victoeia el próximo jueves 31 de agosto en la ciudad de Baalbeck”, anunció.

Durante un discurso emitido por televisión la noche del lunes, el líder de Hezbolá afirmó que “Líbano venció al terrorismo, hoy la mayoría está feliz excepto aquellos que apostaban por Daesh y Al Nusra y los que están detrás de ellos de potencias internacionales y regionales”.

“El 28 de agosto 2017 se registrará en la historia como el día de la segunda liberación, tanto si el gobierno libanés lo reconozca como si no”, indicó Nasrolá, subrayando que la batalla contra Daesh en las montañas es continuación de la guerra contra los planes israelíes en la región.

“La amenaza finalizó a lo largo de las fronteras con Siria, en ambos lados”, subrayó tras expresar condolencias a los familiares de los soldados libaneses secuestrados y asesinados por Daesh.

Sobre el pacto que permitió la evacuación de los terroristas, explicó que “desde el inicio de la batalla Daesh solicitó un alto el fuego, pero la batalla prosiguió en los dos frentes de la frontera, hasta que al final Daesh se rindió”.

Nasrolá destacó que el primer objetivo de las negociaciones con Daesh era averiguar el destino de los nueve soldados libaneses, que permanecían en paradero desconocido desde que fueron secuestrados por los terroristas en agosto de 2014.

Asimismo, se solicitó la puesta en libertad de los dos obispos cristianos Yuhanna Ibrahim y Bulos Yazigi, capturados en Alepo en 2013, y el periodista Samir Kassab, secuestrado ese mismo año.

“Hemos hecho un trato y todas las partes tienen que respetarlo”, advirtió Nasrolá en respuesta a los que proclamaban venganza, y señaló que se rechazó poner en libertad a miembros de Daesh encarcelados en Líbano.

En el marco de ese pacto, fueron evacuados en total 670 personas, entre ellos 331 civiles y 26 heridos, además de los terroristas que eran 313 quienes salieron con armas ligeras, detalló Nasrolá.

Asimismo, dijo que durante las negociaciones Daesh informó a Hezbolá de que tenía en sus manos un prisionero y tres cadáveres, dos de ellos pertenecen a Hezbolá.

Esos cuerpos fueron entregados a Hezbolá en Siria, antes de que partiera el convoy de terroristas de Al Qalamún Occidental, en la frontera siria con el Líbano, rumbo a la provincia de Deir Ezzor (este).

La batalla terminó y logró todos sus objetivos, liberación de las tierras libanesas de terroristas, liberación del oeste de Qalamun en Siria, protección de las fronteras y descubrir cuál fue el destino de militares retenidos por Daesh, apuntó.

El líder de la Resistencia reveló que durante la batalla cayeron mártires 11 combatientes de Hezbolá y siete soldados sirios.

Nasrolá denunció que todos los grupos terroristas recibieron ayuda y apoyo de los servicios occidentales de Inteligencia para beneficiar al régimen israelí y a Washington.

“Los que ahora lloran por las derrotas de Daesh en Iraq, Siria y Qalamun son los israelíes. Estos grupos terroristas creados por la Administración estadounidense beneficiaron a la entidad sionista”, acotó.

Nasrolá calificó la victoria sobre Daesh en Líbano, de “segunda liberación”, pues la primera ocurrió en 2000 cuando los invasores sionistas abandonaron el territorio libanés.

“El 28 de agosto de 2017 es la fecha de la segunda liberación, escrita con la sangre de los mártires de los Ejércitos libanés y sirio, así como de la Resistencia”, añadió.

Adelantó que Hezbolá celebrará el próximo jueves esa segunda liberación en la ciudad libanesa de Baalback.

“Somos los dueños de esta tierra y no vamos a salir de ella. Vivimos aquí con dignidad y si cualquier ocupante o terrorista amenaza nuestro país, lucharemos y no esperaremos a que otro lo haga por nosotros”, concluyó el jefe de Hezbolá.