La retórica sectaria de algunos predicadores radicales en Líbano, sobre todo en la ciudad de Trípoli (norte), está motivando más muertes y sangre entre los jóvenes engañados por algunos que sacan beneficios de la tensión sectaria, y utilizados por los takfiríes como leña al fuego en su absurda guerra en Siria.


Ayer anunciaron en Trípoli que el joven Mohamed Bakri Fustoq, de 20 años de edad, murió durante los combates en Alepo. El padre del muerto es un conocido predicador y partidario de los grupos takfiríes (Daesh y sus colegas) detenido en una cárcel libanesa hace casi un año “por vínculos con grupos terroristas”, “formar banda armada” e “incitación a la violencia”.

“Mohamed Bakri Fustoq, que posee la nacionalidad británica, partió a Siria a luchar en las filas de Daesh hace más de un año, poco antes de que su padre fuera arrestado”, publicó el diario Assafir.

Mohamed ha sido radicalizado siguiendo las clases de su padre que daba a los jóvenes en su casa en Trípoli, y a través del internet, antes de jurar lealtad al grupo terrorista Daesh y afiliarse a sus filas en Alepo. Ayer anunciaron su muerte en combate, según señaló el diario.