Han pasado nueve años desde aquel día de verano del 2006, fue el 31 de agosto cuando el joven sureño, Ali Saleh, más conocido por su nombre de guerra, Bilal, cerró sus ojos por última vez, días después de haber sido herido por el enemigo sionista en la batalla de Wadi al Hugeir, alcanzado por un misil israelí.

Bilal cerró sus ojos y descansó tras conocer que la Resistencia logró una sonante y completa victoria en la “guerra de julio del 2006”. Reposó el “destructor” de los tanques Merkava israelíes, como no, siendo él quien destruyó 15 de sus blindados en un solo día, convirtiendo el valle en un verdadero cementerio de tanques enemigos. Bilal era conocido en el campo de batalla por ser el mejor disparando misiles antitanques tipo Kornet frente al enemigo israelí.


Nueve años después del martirio de Bilal, en el aniversario de la victoria de la “guerra de julio”, el viernes 14 de agosto, y desde muy cerca de donde Bilal lanzó sus acertantes misiles contra la mortífera máquina de muerte israelí, se espera que aparezca el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrolá, para hablar de Bilal y de sus compañeros, además de la importancia del “valle sagrado” que derrotó a invasores y colonialistas.


Los preparativos del gran acontecimiento han concluido, una gigante pantalla ha sido instalada para que miles de personas puedan seguir en directo el discurso del líder de la Resistencia. A ambos lados de la pantalla, dos tanques captados a los israelíes fueron colocados, así junto a restos de un Merkava que el enemigo había abandonado en el campo de batalla tras su derrota y la huida de sus soldados.

La entidad sionista reconoció que, durante la batalla de Al Hugeir, ha perdido 33 militares, entre soldados y oficiales, además de cientos de heridos, la destrucción de casi cincuenta tanques tipo Merkava y varias excavadoras militares.