El Ejército libanés ha anunciado que tiene en su poder a un comandante del grupo terrorista Daesh que estaba recibiendo tratamiento médico en el valle de Bekaa por las heridas sufridas en los recientes enfrentamientos en la localidad de Ras Baalbek.

Los militares libaneses han informado en un comunicado de que se trata de Hassan Ghorli, alias Abu Hareth al Ansari, "uno de los terroristas más peligrosos que se han detenido" hasta ahora.

Ghorli fue arrestado el 3 de marzo por participar en los combates que tuvieron lugar el pasado mes de agosto en la localidad de Arsal, en la frontera con Siria, y por el ataque perpetrado el 23 de febrero contra el puesto de control en Talet al Hamra, en las afueras de Ras Baalbeck.

En este último ataque, Ghorli resultó herido, por lo que fue trasladado a un hospital libanés, donde habría confesado que pertenece a Daesh y que lideró un grupo armado que juró lealtad al grupo terrorista en julio de 2014.


Confesiones

El terrorista detenido confesó durante los interrogatorios que el soldado Ali Kasem Ali, de cuya muerte se desconocían las circunstancias, fue decapitado durante su cautiverio en manos del grupo Daesh. También aseguró que fue testigo de la decapitación de Ali.

El extremista también confesó que custodiaba a los militares secuestrados y que asistió a la decapitación de otros dos militares, Ali Sayed y Abas Medlej, de cuya muerte ya se había informado, y reveló los nombres de los asesinos materiales, según una nota del Ejército.