En Líbano el mundo va al revés. El Gobierno negocia con terroristas para liberar a una treintena de soldados libaneses secuestrados hace un mes, mientras, el ministro de Justicia, Achraf Rifi, persigue “legalmente” e insta a juzgar a jóvenes que quemaron la bandera del grupo terrorista Estado islámico (Daesh), ya que, en su opinión, esa acción "atenta contra el Islam".

A raíz de los ataques terroristas y la ocupación de una localidad libanesa (Arsal) y el posterior secuestro de los militares, un grupo de jóvenes libaneses indignados se manifestó en la plaza Sassin, en el barrio beirutí de Achrafieh, de mayoría cristiana, y quemó la bandera de Daesh, en protesta por los actos criminales de este y otros grupos terroristas en la región de Arsal, limítrofe con Siria.

Rifi pidió al fiscal general ante el tribunal de Casación, Samir Hammud, que enjuicie a los autores de esa profanación, que constituye "un insulto a las religiones monoteístas y puede llevar a la discordia".

Una joven quema réplica modificada de la bandera de Daesh

En un comunicado publicado por su oficina de prensa, Rifi afirmó que la inscripción que figura en esa bandera ("No hay más deidad que Dios y Mohamed es su profeta", que es la "shahada" o profesión de la fe islámica) constituye uno de los pilares de esa religión.

Ayer, un grupo de jóvenes se manifestó frente al ministerio de justicia en protesta por la actuación del ministro, y procedieron a quemar una réplica de la “bandera terrorista” cambiando la escritura que lleva.

En la copia quemada se leía: El terrorismo no tiene Dios (religión). Lo vamos a suprimir (a Daesh). Estado criminal en Iraq y Siria.

Achraf Rifi no es el único, en Líbano hay políticos que hacen apología del terrorismo y defienden los actos de Daesh y sus colegas.