Los terroristas, que no distinguen a la hora de matar entre niños, mujeres y ancianos, ni entre creencias religiosas, han decidido esta mañana aterrorizar a la población civil en el barrio de Bir hasan en la periferia sur de Beirut. En una zona comercial y cerca de un Orfanato donde se encontraban más de 200 niños, los criminales libraron su guerra contra los huérfanos, motivados por el odio y el sabor de la sangre.


Dos coches cargados de explosivos y conducidos por dos fanáticos suicidas se estallaron frente a un Centro Educativo perteneciente a una institución que acoge a los húerfanos, para cundir el pánico entre los niños huérfanos encontrados en el centro, y provocando muerte a cuatro personas y heridas de diferentes consideraciones a más de 100 personas.


El director del Centro, después de las explosiones, procedió a evacuar el Orfanato trasladando los niños a otros centros. Varios niños resultaron heridos leves, pero el pánico entre los niños fue mayor. A la hora de las explosiones los niños se encontraban en el patio, hecho que redujo el número de heridos, porque los cristales de las clases se reventaron por la onda expansiva, afortunadamente las clases estaban vacías. Dos de los maestros también han sido llevados al hospital por heridas leves.

El grupo Abdalá Azzam reivindica el doble atentado

El grupo terrorista las Brigadas Abdalá Azzam reivindicó el doble atentado alegando una justificación más absurda que el mismo acto criminal. “El doble atentado es una respuesta a la intervención de Hezbolá en la guerra en Siria, y la detención de nuestros jóvenes en las cárceles de Líbano”, según un comunicado del grupo.


El grupo reiteró que continuará sus acciones “militares” contra Irán y Hezbolá hasta conseguir dos objetivos: la retirada de Hezbolá de Siria y la liberación de sus presos de las cárceles de Líbano.