El jefe del Ejército libanés, Jean Kahwayi, afirmó el viernes que su institución está preparada para combatir el terrorismo e impedir que el Líbano se transforme en un campo de batalla de los conflictos regionales.

"Estamos comprometidos a afrontar todos los retos", dijo Kahwayi ante agregados militares árabes y occidentales y representantes de las fuerzas de la ONU en el país, horas después de que un bombardeo sirio causara ocho muertos en la localidad libanesa de Arsal.


El responsable militar subrayó que los oficiales y soldados son "leales a las órdenes de su mando y capaces de preservar la paz civil y erradicar cualquiera forma de terrorismo".

Ayer viernes, la caída de una serie de proyectiles disparados desde el lado sirio de la frontera causó la muerte de ocho personas, entre ellas cinco niños de una misma familia, y 15 heridos en la localidad libanesa de Arsal.

Por otro lado, tres nuevos proyectiles cayeron anoche en la población de Ras Baalbeck, en Beqaa, hiriendo a cuatro personas. Los proyectiles fueron lanzados desde el lado sirio de la frontera controlado por grupos rebeldes.

Nuevo brote de violencia en Trípoli

Al menos una persona murió y tres resultaron heridas en las últimas horas en enfrentamientos en la ciudad septentrional de Trípoli.


La precaria situación de seguridad de Trípoli estalló al conocerse la muerte ayer de ocho personas por un bombardeo sirio contra la población de Arsal. En represalia, dos habitantes del barrio de Yabal Mohsen fueron atacados en un autobús y uno de ellos falleció a causa de sus heridas. Este incidente provocó la reanudación de la violencia entre los vecinos de ese barrio y sus rivales de Bab el Tebaneh.

También volvieron a estar activos los francotiradores, que hirieron a al menos tres personas, mientras que el ejército ha intervenido para tratar de restablecer la calma. Los colegios y muchos comercios de las zonas conflictivas permanecieron cerrados, porque aunque los combates han remitido prosiguen los disparos de los francotiradores.