Internacional
Gran Bretaña y las acciones legales contra España
La salida de un buque de guerra británico hacia Gibraltar
Traducido por: Guillermo Costa
Gran Bretaña advirtió el lunes a España que podría tomar acciones legales para tratar de obligar a Madrid a abandonar los controles más estrictos en la frontera con el territorio de ultramar británico, Gibraltar, en lo que calificó como un paso "sin precedentes" en contra de un aliado europeo.
La advertencia coincidió con la salida de un buque de guerra británico hacia Gibraltar, acontecimiento al que se le restó importancia desde los gobiernos británico y español, por formar parte de un ejercicio de rutina que había sido previsto mucho tiempo atrás, pero aun así, las tensiones existentes, no fueron ignoradas.
Un portavoz del primer ministro británico, David Cameron, dijo que los controles en las fronteras españolas, impuestas después de Gibraltar hubiera creado un arrecife artificial sobre el cuál España afirmó que produjo el bloqueo de sus barcos de pesca, eran "desproporcionadas" y con una "motivación política".
Las tensiones por el lugar donde se ha ubicado este asentamiento rocoso artificial, exactamente en la boca del Mediterráneo y en el lugar donde España reclama que se ha convertido en uno de los peores conflictos en años entre los dos miembros de la Unión Europea.
"El primer ministro está decepcionado por el hecho de que los españoles no hayan quitado los chequeos en la frontera para entrar al país durante este fin de semana y ahora estamos considerando la posibilidad de emprender acciones", dijo el portavoz de Cameron, argumentando que España ha violado la legislación comunitaria de la Unión Europea.
"Esto sería un paso sin precedentes", añadió, diciendo que el embajador británico en España le transmitirá el mensaje de Gran Bretaña a los funcionarios españoles a la brevedad.
España dijo que no daría marcha atrás en los controles fronterizos de los cuales afirmó que son un una medida legal para evitar el lavado de dinero, el contrabando de tabaco y otros productos desde Gibraltar.
El territorio, que tiene una población de 30.000 habitantes vive del turismo, la industria de juegos de azar y operaciones bancarias en el extranjero, ha sido la fuente de las tensiones existentes desde que España cedió este territorio a Gran Bretaña en el Tratado de Utrecht hace 300 años.
Controles más estrictos de España sobre la frontera que se extiende a lo largo de 1,2 km (0,75 millas) han causado demoras a miles de turistas y a la población local. Madrid también ha dejado transcender que existe la idea de aplicar una tasa para atravesar la frontera y extender una prohibición con el fin evitar que aviones utilicen el espacio aéreo español para llegar a Gibraltar.
Una portavoz de la cancillería española reiteró esta semana la posición de su país, el cual está considerando qué foro internacional podría utilizar para presionar su demanda sobre Gibraltar.
Una fuente diplomática en España, dijo también que Madrid podría llevar su caso a las Naciones Unidas, mientras que un informe publicado en el diario El País dejo transcender que se buscará el apoyo de Argentina, quien se disputa la soberanía con Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas en el Atlántico Sur.
Los gibraltareños obtuvieron la plena ciudadanía británica en 1981 y un referéndum en 2002 respaldó el gobierno de Gran Bretaña, con el 98 por ciento de los votantes que rechazan la idea de la soberanía compartida con España.
El primer ministro de España Mariano Rajoy habló con Cameron sobre la disputa durante la semana pasada y ambas partes expresaron su deseo de calmar los ánimos, pero ninguno dio marcha atrás. Ambos políticos ahora corren el riesgo de quedar mal delante de la opinión pública nacional en sus respectivos países.
Los políticos de la oposición en España han acusado a Rajoy de utilizar la situación para distraer a los españoles de la severa recesión del país y un escándalo de corrupción que enfrenta actualmente su partido político.
En Londres, Boris Johnson, alcalde de la ciudad, se metió en el debate, diciendo a Madrid que “quite las manos de nuestra roca”, y espera que la llegada prevista de los buques de guerra británicos a Gibraltar no haya sido una coincidencia.
El HMS Westminster, es un Buque de la marina real británica que zapó hacia Gibraltar el lunes como parte de una rutina militar anual mediterránea de la cual tanto España como Gran Bretaña han planeado por mucho tiempo y no está relacionada con la disputa actual.
Se remonta a la rivalidad naval que existía en el siglo 16 entre los dos países cuando los ingleses bloquearon un intento de la Armada española de invadir Inglaterra en 1588 y de cuando los españoles derrotaron a un contraataque Inglés al año siguiente.
Un portavoz de la Comisión Europea, Jonathan Todd, confirmó esta semana que un equipo de funcionarios de la Comisión viajará a Gibraltar en septiembre.
"Ellos estarán allí para verificar el cumplimiento de las normas que establece la UE sobre controles en las fronteras", dijo, y agregó que no está claro todavía cuántos funcionarios de la UE están involucrados en el asunto.
| La advertencia coincidió con la salida de un buque de guerra británico hacia Gibraltar, acontecimiento al que se le restó importancia desde los gobiernos británico y español, por formar parte de un ejercicio de rutina que había sido previsto mucho tiempo atrás, pero aun así, las tensiones existentes, no fueron ignoradas.
Un portavoz del primer ministro británico, David Cameron, dijo que los controles en las fronteras españolas, impuestas después de Gibraltar hubiera creado un arrecife artificial sobre el cuál España afirmó que produjo el bloqueo de sus barcos de pesca, eran "desproporcionadas" y con una "motivación política".
Las tensiones por el lugar donde se ha ubicado este asentamiento rocoso artificial, exactamente en la boca del Mediterráneo y en el lugar donde España reclama que se ha convertido en uno de los peores conflictos en años entre los dos miembros de la Unión Europea.
"El primer ministro está decepcionado por el hecho de que los españoles no hayan quitado los chequeos en la frontera para entrar al país durante este fin de semana y ahora estamos considerando la posibilidad de emprender acciones", dijo el portavoz de Cameron, argumentando que España ha violado la legislación comunitaria de la Unión Europea.
"Esto sería un paso sin precedentes", añadió, diciendo que el embajador británico en España le transmitirá el mensaje de Gran Bretaña a los funcionarios españoles a la brevedad.
España dijo que no daría marcha atrás en los controles fronterizos de los cuales afirmó que son un una medida legal para evitar el lavado de dinero, el contrabando de tabaco y otros productos desde Gibraltar.
El territorio, que tiene una población de 30.000 habitantes vive del turismo, la industria de juegos de azar y operaciones bancarias en el extranjero, ha sido la fuente de las tensiones existentes desde que España cedió este territorio a Gran Bretaña en el Tratado de Utrecht hace 300 años.
Controles más estrictos de España sobre la frontera que se extiende a lo largo de 1,2 km (0,75 millas) han causado demoras a miles de turistas y a la población local. Madrid también ha dejado transcender que existe la idea de aplicar una tasa para atravesar la frontera y extender una prohibición con el fin evitar que aviones utilicen el espacio aéreo español para llegar a Gibraltar.
Una portavoz de la cancillería española reiteró esta semana la posición de su país, el cual está considerando qué foro internacional podría utilizar para presionar su demanda sobre Gibraltar.
Una fuente diplomática en España, dijo también que Madrid podría llevar su caso a las Naciones Unidas, mientras que un informe publicado en el diario El País dejo transcender que se buscará el apoyo de Argentina, quien se disputa la soberanía con Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas en el Atlántico Sur.
Los gibraltareños obtuvieron la plena ciudadanía británica en 1981 y un referéndum en 2002 respaldó el gobierno de Gran Bretaña, con el 98 por ciento de los votantes que rechazan la idea de la soberanía compartida con España.
El primer ministro de España Mariano Rajoy habló con Cameron sobre la disputa durante la semana pasada y ambas partes expresaron su deseo de calmar los ánimos, pero ninguno dio marcha atrás. Ambos políticos ahora corren el riesgo de quedar mal delante de la opinión pública nacional en sus respectivos países.
Los políticos de la oposición en España han acusado a Rajoy de utilizar la situación para distraer a los españoles de la severa recesión del país y un escándalo de corrupción que enfrenta actualmente su partido político.
En Londres, Boris Johnson, alcalde de la ciudad, se metió en el debate, diciendo a Madrid que “quite las manos de nuestra roca”, y espera que la llegada prevista de los buques de guerra británicos a Gibraltar no haya sido una coincidencia.
El HMS Westminster, es un Buque de la marina real británica que zapó hacia Gibraltar el lunes como parte de una rutina militar anual mediterránea de la cual tanto España como Gran Bretaña han planeado por mucho tiempo y no está relacionada con la disputa actual.
Se remonta a la rivalidad naval que existía en el siglo 16 entre los dos países cuando los ingleses bloquearon un intento de la Armada española de invadir Inglaterra en 1588 y de cuando los españoles derrotaron a un contraataque Inglés al año siguiente.
Un portavoz de la Comisión Europea, Jonathan Todd, confirmó esta semana que un equipo de funcionarios de la Comisión viajará a Gibraltar en septiembre.
"Ellos estarán allí para verificar el cumplimiento de las normas que establece la UE sobre controles en las fronteras", dijo, y agregó que no está claro todavía cuántos funcionarios de la UE están involucrados en el asunto.