La soberanía del Peñón de Gibraltar es disputada con el Reino Unido por el gobierno de Mariano Rajoy, quien planea unirse con Argentina que a su vez también reclama ante Londres la soberanía de las Islas Malvinas.

El conflicto entre España e Inglaterra envolviendo esta porción de tierra no es nueva, y a pesar de no ser muy conocido, el asunto sobre la soberanía del Peñón viene de hace siglos, pero ha tomado publico conocimiento cuando a finales de julio varias embarcaciones de Gibraltar echaron al mar bloques de hormigón con el fin de crear un arrecife artificial, lo que perjudicaría el acceso de barcos pesqueros españoles al bloquear el tránsito desde el mar Mediterráneo hacia el océano Atlántico.


Aún no se ha establecido si España pediría a las Naciones Unidas que apoye su reclamo en el que solicita al Reino Unido que ceda la soberanía en cuestión o bien que concordara con ciertos acuerdos que se realizarían bilateralmente, pero al parecer llevar el asunto ante instancias internacionales supondría un cambio de rumbo en la relación de los dos países y aumentaría las tensiones.

Previamente,  diario locales españoles, dijeron que España podría llevar este asunto ante el Tribunal Internacional de La Haya o ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

De acuerdo con la información confirmada por varias fuentes, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, quien debe viajar a Argentina el próximo mes de Septiembre para presenciar un acto donde será anunciada la ciudad elegida como sede de los JJOO de 2020, aprovechará la ocasión para buscar el apoyo de ese país y conjuntamente actuar contra el Reino Unido sobre Gibraltar.

Paradójicamente, la Argentina, forma parte temporalmente del Consejo de Seguridad de la ONU, y a su vez, también está inmersa en su propio conflicto con Gran Bretaña envolviendo la soberanía de las islas Malvinas.

"Sí, estamos evaluando acudir a la ONU. Son opciones que se están valorando", dijo la fuente, en referencia a la información publicada por la prensa local.

"El ministro irá a Argentina en septiembre y piensa tener un intercambio de ideas sobre el asunto", agregó.

El presidente Español, Mariano Rajoy, calentando el clima, ha amenazado la semana pasada con tomar medidas unilaterales sobre el asunto, mientras varios buques de la armada británica se encontraban a camino de Gibraltar lo que ambos países han definido como una visita rutinaria que ya estaba prevista.


El primer mandatario español y su homólogo británico David Cameron han acordado tratar de sofocar las tensiones sobre el territorio disputado, aunque ambos se han mostrado reticentes a retractarse en sus posiciones.

Desde el momento en que España cedió Gibraltar al Reino Unido hace 300 años al firmar  el Tratado de Utrecht, esta porción de tierra ha sido la fuente de tensiones constantes entre ambos países. La pequeña  área en que se encuentra el peñasco ubicado al sur de la Península Ibérica tiene unos 30.000 residentes que viven del turismo, las operaciones de juego online y los servicios financieros.

El último episodio que encendió nuevamente la mecha del asunto entre los dos países europeos, se produjo cuando barcos gibraltareños arrojaron bloques de hormigón en la bahía de Algeciras para  crear un arrecife artificial e incrementar las capturas de peces.

España alzó la voz afirmando que este arrecife dificultará el paso de sus propios barcos de pesca y contraatacó con controles fronterizos más estrictos, además de amenazar con aplicar una tasa de 50 euros para quienes crucen la frontera con Gibraltar. No está claro si ese tipo de tarifa sería legal bajo la ley de la UE.

Por su parte, Magallo realizo una entrevista con la emisora televisiva española TVE el día sábado, donde al ser consultado sobre esta medida afirmo que la tasa no sería aplicada a los trabajadores de cualquier nacionalidad que vayan  a trabajar a Gibraltar o viceversa, y prometió ayudas para los pescadores cuyo sustento se está viendo afectado por la construcción del arrecife.

Viajeros y residentes de España y Gibraltar por igual, debieron enfrentar largas colas de espera en la frontera durante el fin de semana, debido a que las autoridades españolas aumentaron los controles a los vehículos que entraban o salían del territorio.