Internacional
Caso Snowden: Obama, el rey de los hipócritas
Los Estados Unidos jamás entregan a la Justicia a sus cómplices
MICHEL COLLON
Obama acaba de anular su próxima cumbre con Putin, quien ha rechazado extraditar a Edward Snowden. La realidad es que ese joven no merece la prisión, sino una estatua. Tampoco la tortura, sino nuestra solidaridad.
Por haber defendido nuestras libertades, demostrando al mundo entero que los Estados Unidos violan la vida privada de toda la humanidad. Ese Estado, que de manera incesante da lecciones de democracia y de moral, se comporta en realidad como el Big Brother más totalitario. Esos delincuentes que, por encima de cualquier justicia, espían a sus propios ciudadanos, a los Estados independientes, a sus competidores comerciales e incluso a sus «aliados». Teléfonos, mails, ordenadores, no se respeta nada.
¿Y para qué? Para aumentar los beneficios de esas multinacionales que roban el mundo entero. Hoy en día, las 300 personas más ricas de la Tierra poseen más que los tres mil millones más pobres, y eso sólo es posible gracias al saqueo de los recursos naturales, a la sobreexplotación del trabajo, a la criminalidad económica y a guerras en ningún caso humanitarias. Es para acabar con nuestras resistencias a esas multinacionales ladronas, por lo que los golfos de la NSA nos espían, y por lo que Obama les protege.
Además, ¡es el rey de los hipócritas! Se enfada porque Rusia (que no tiene tratado de extradición con los USA) ha rechazado entregar a Snowden. Evitándole así la tortura y la prisión de por vida, infligidas a ese otro héroe, Bradley Manning, quien reveló miles de mentiras de los dirigentes US.
Ahora bien, los Estados Unidos ¡siempre han rechazado extraditar a los criminales que les son útiles! Incluso cuando existía un tratado. En 2003 y en 2007, rechazaron extraditar a los agentes de la CIA culpables de secuestros políticos en Italia. En 2010, rechazaron extraditar a su protegido Luis Posada Carriles, quien había colocado una bomba en un avión cubano, asesinando a 73 personas. En 2010, rechazaron entregar al antiguo presidente de Bolivia Gonzalo Sanchez de Lozada, quien había masacrado a los Indios Aymara, pero estaba protegido por la CIA y había comprometido a lobbistas del partido demócrata. Y se pueden multiplicar los ejemplos. Los Estados Unidos jamás entregan a la Justicia a sus cómplices, incluso tratándose de los crímenes mas horribles.
Maravillosamente hipócritas son también todos nuestros gobiernos europeos. Aparentando descubrir ahora un espionaje con el que han colaborado y que han practicado desde hace tiempo. Protestando dos minutos con la boca pequeña para no ofender al padrino US de quien son el felpudo. Acordando el asilo político a una Femen anti-Putin y rechazándoselo a los defensores de nuestras libertades que son Snowden y Assange. Contradicción silenciada por los grandes medios de comunicación.
Y ¿quién, pues, ha salvado el honor de la democracia ofreciendo el asilo definitivo a Snowden ? Nicaragua, Bolivia, Venezuela. Mientras que Ecuador protege a Assange. Para reflexionar.
Artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948)
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
| Por haber defendido nuestras libertades, demostrando al mundo entero que los Estados Unidos violan la vida privada de toda la humanidad. Ese Estado, que de manera incesante da lecciones de democracia y de moral, se comporta en realidad como el Big Brother más totalitario. Esos delincuentes que, por encima de cualquier justicia, espían a sus propios ciudadanos, a los Estados independientes, a sus competidores comerciales e incluso a sus «aliados». Teléfonos, mails, ordenadores, no se respeta nada.
¿Y para qué? Para aumentar los beneficios de esas multinacionales que roban el mundo entero. Hoy en día, las 300 personas más ricas de la Tierra poseen más que los tres mil millones más pobres, y eso sólo es posible gracias al saqueo de los recursos naturales, a la sobreexplotación del trabajo, a la criminalidad económica y a guerras en ningún caso humanitarias. Es para acabar con nuestras resistencias a esas multinacionales ladronas, por lo que los golfos de la NSA nos espían, y por lo que Obama les protege.
Además, ¡es el rey de los hipócritas! Se enfada porque Rusia (que no tiene tratado de extradición con los USA) ha rechazado entregar a Snowden. Evitándole así la tortura y la prisión de por vida, infligidas a ese otro héroe, Bradley Manning, quien reveló miles de mentiras de los dirigentes US.
Ahora bien, los Estados Unidos ¡siempre han rechazado extraditar a los criminales que les son útiles! Incluso cuando existía un tratado. En 2003 y en 2007, rechazaron extraditar a los agentes de la CIA culpables de secuestros políticos en Italia. En 2010, rechazaron extraditar a su protegido Luis Posada Carriles, quien había colocado una bomba en un avión cubano, asesinando a 73 personas. En 2010, rechazaron entregar al antiguo presidente de Bolivia Gonzalo Sanchez de Lozada, quien había masacrado a los Indios Aymara, pero estaba protegido por la CIA y había comprometido a lobbistas del partido demócrata. Y se pueden multiplicar los ejemplos. Los Estados Unidos jamás entregan a la Justicia a sus cómplices, incluso tratándose de los crímenes mas horribles.
Maravillosamente hipócritas son también todos nuestros gobiernos europeos. Aparentando descubrir ahora un espionaje con el que han colaborado y que han practicado desde hace tiempo. Protestando dos minutos con la boca pequeña para no ofender al padrino US de quien son el felpudo. Acordando el asilo político a una Femen anti-Putin y rechazándoselo a los defensores de nuestras libertades que son Snowden y Assange. Contradicción silenciada por los grandes medios de comunicación.
Y ¿quién, pues, ha salvado el honor de la democracia ofreciendo el asilo definitivo a Snowden ? Nicaragua, Bolivia, Venezuela. Mientras que Ecuador protege a Assange. Para reflexionar.
Artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948)
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.