El avión de Asiana Airlines que se estrelló el sábado en el aeropuerto de San Francisco se desplazaba a una velocidad muy inferior a la recomendada, dijeron los investigadores, mientras la aerolínea surcoreana confirmaba que el piloto todavía estaba en período de entrenamiento.

La grabación de los datos del vuelo mostró que cuando el Boeing 777 se acercaba a la pista, sus pilotos fueron advertidos de que el aparato corría el riesgo de calarse y pidieron abortar el aterrizaje. Pocos segundos después, el avión se estrelló en tierra y fue presa de las llamas, con saldo de dos muertos y 182 heridos.


La solicitud de abortar el aterrizaje fue registrada en el grabador de la cabina de mando 1,5 segundos antes de que se estrellara el avión, afirmó el domingo la presidenta de la Agencia Nacional de Seguridad del Transporte estadounidense (NTSB), Deborah Hersman, que dirige la investigación. Su anuncio tuvo lugar pocos minutos después de que un vídeo obtenido por el canal de televisión CNN confirmase que el avión, que transportaba a más de 300 personas, golpeó ligeramente un rompeolas a poca distancia del aeropuerto y patinó sobre su panza en la pista. La filmación mostró que la punta del aparato se alzó y que la cola tocó el suelo primero, antes de rodar hacia el concreto, saltar súbitamente hacia arriba y luego girar 180 grados.

El impacto segó el tren de aterrizaje y arrancó la cola. Grandes trozos del fuselaje se quemaron en el incendio que se produjo luego. Estos descubrimientos tuvieron lugar después de que se supiera que el piloto Lee Kang-Kuk, de 46 años, tenía 43 horas de experiencia como piloto del 777 y todavía estaba en período de entrenamiento, aunque contaba con más de 9.000 horas de tiempo de vuelo en total. "Es cierto que Lee estaba en entrenamiento de transición para el Boeing 777", declaró a AFP una portavoz de Asiana el lunes. No obstante, iba acompañado por un entrenador experimentado, que actuaba como copiloto.


El vuelo Asiana 214 partió de Shanghai y llevaba a 307 personas a bordo -291 pasajeros y 16 tripulantes- después de que se detuvo para incorporar más pasajeros en Seúl. Varios de los heridos se encontraban en estado crítico o inconscientes, indicó el Hospital General de San Francisco. Entre los pasajeros había 141 chinos, 77 surcoreanos y 64 estadounidenses. En total, 123 personas que iban en dicho vuelo salieron ilesas, dijeron responsables norteamericanos.