Internacional
El Ejército norteamericano: "¿un mensajero de democracia" o una institución de criminales?
Las escenas difundidas en Internet desde la última semana, que muestran cuatro marines norteamericanos orinando sobre tres cuerpos inertes y ensangrentados presentados como talibanes, recuerdan a numerosas prácticas odiosas ejercidas por el ejército norteamericano en los países dónde se encuentra. No es la primera vez que los soldados norteamericanos demuestran ser criminales de guerra que desprecian el derecho internacional. El mando del cuerpo de los marines anunció inmediatamente la apertura de una investigación: "aunque todavía no identificamos el vídeo, las acciones que se muestran no corresponden a nuestros valores. Toda la verdad será revelada sobre este asunto". Sin embargo, no es la primera vez que el ejército norteamericano se encuentra confrontado con este género de prácticas, lo que nos hace preguntar sobre los verdaderos valores de este ejército que invade los países del mundo so pretexto de "aportar la democracia”.
En Iraq, las fotos de la prisión de Abou Ghreib, revelando particularmente pirámides de detenidos iraquís desnudos engañados por soldados o amenazados por perros, todavía están presentes en la memoria del mundo entero y particularmente la de iraquís que han sido invadidos para "ser liberados" del régimen totalitario de Saddam Hussein, pero debieron hacer frente a un ejército deshumanizado que practica la tortura contra los presos.
Al igual que Abou Ghreib, la escena de Guantánamo no se revela diferente; porque en el marco de la " guerra contra el terrorismo ", el ejército norteamericano se permitió utilizar varios métodos de tortura contra los presos transportados a este campo, y acorralados en jaulas de 3 m. En este campo, el Santo Corán ha sido “manchado” para ofender a los detenidos musulmanes; esta profanación rodada muestra la barbarie que caracteriza la "guerra contra el Terrorismo", lanzada, en 2001, por Georges W. Bush, aparentemente en respuesta a los atentados del 11 de septiembre. Una vez más, los funcionarios norteamericanos anuncian que esta práctica "no refleja los valores” de los marines, cuyo objetivo es “combatir por la justicia y por la libertad”.
En primavera del 2006, otro crimen odioso ha sido cometido por los soldados norteamericanos cuando, por venganza, los militares cometieron, durante tres horas, una matanza para vengar la muerte de su compañero por una bomba en el pueblo de Haditha en Iraq. Veinticuatro civiles han sido asesinados en este acto de venganza cometido por los soldados.
Sin embargo, los crímenes en Iraq no han sido cometidos solamente por el ejército de ocupación norteamericano. En 2007, los contratados por la compañía privada militar norteamericana Blackwater, empleada por el departamento de Estado norteamericano en Iraq, son acusados de haber matado a una quincena de civiles iraquís en Nisoor Square de Bagdad. Un antiguo empleado de esta compañía reveló que el propietario Erik Prince "se veía como un cruzado encargado de eliminar a los musulmanes y al Islam de la superficie del globo [] desplegó en Iraq a ciertos individuos que compartían su visión de la supremacía cristiana. Algunos utilizaban en el campo códigos tomados de los Templarios".
Los crímenes de guerras y los crímenes contra la humanidad están presentes por todas partes dónde el ejército norteamericano intervenga. Últimamente en Corea del Sur, dos generales han sido acusados de violar dos adolescentes surcoreanas; cabe señalar que 30 crímenes de violación han sido cometidos por las tropas norteamericanas en Corea del Sur entre 2007 y 2011.
| En Iraq, las fotos de la prisión de Abou Ghreib, revelando particularmente pirámides de detenidos iraquís desnudos engañados por soldados o amenazados por perros, todavía están presentes en la memoria del mundo entero y particularmente la de iraquís que han sido invadidos para "ser liberados" del régimen totalitario de Saddam Hussein, pero debieron hacer frente a un ejército deshumanizado que practica la tortura contra los presos.
Al igual que Abou Ghreib, la escena de Guantánamo no se revela diferente; porque en el marco de la " guerra contra el terrorismo ", el ejército norteamericano se permitió utilizar varios métodos de tortura contra los presos transportados a este campo, y acorralados en jaulas de 3 m. En este campo, el Santo Corán ha sido “manchado” para ofender a los detenidos musulmanes; esta profanación rodada muestra la barbarie que caracteriza la "guerra contra el Terrorismo", lanzada, en 2001, por Georges W. Bush, aparentemente en respuesta a los atentados del 11 de septiembre. Una vez más, los funcionarios norteamericanos anuncian que esta práctica "no refleja los valores” de los marines, cuyo objetivo es “combatir por la justicia y por la libertad”.
En primavera del 2006, otro crimen odioso ha sido cometido por los soldados norteamericanos cuando, por venganza, los militares cometieron, durante tres horas, una matanza para vengar la muerte de su compañero por una bomba en el pueblo de Haditha en Iraq. Veinticuatro civiles han sido asesinados en este acto de venganza cometido por los soldados.
Sin embargo, los crímenes en Iraq no han sido cometidos solamente por el ejército de ocupación norteamericano. En 2007, los contratados por la compañía privada militar norteamericana Blackwater, empleada por el departamento de Estado norteamericano en Iraq, son acusados de haber matado a una quincena de civiles iraquís en Nisoor Square de Bagdad. Un antiguo empleado de esta compañía reveló que el propietario Erik Prince "se veía como un cruzado encargado de eliminar a los musulmanes y al Islam de la superficie del globo [] desplegó en Iraq a ciertos individuos que compartían su visión de la supremacía cristiana. Algunos utilizaban en el campo códigos tomados de los Templarios".
Los crímenes de guerras y los crímenes contra la humanidad están presentes por todas partes dónde el ejército norteamericano intervenga. Últimamente en Corea del Sur, dos generales han sido acusados de violar dos adolescentes surcoreanas; cabe señalar que 30 crímenes de violación han sido cometidos por las tropas norteamericanas en Corea del Sur entre 2007 y 2011.