Internacional
El-Assad decreta una amnistía a los detenidos durante la revuelta en Siria
El secretario general de la ONU pide al presidente sirio que deje de "matar a su pueblo"
En el mismo día en que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon le ha pedido desde Líbano que “deje de matar a su gente”, el presidente sirio Bashar El-Assad ha anunciado una amnistía para quienes hayan cometidos crímenes “entre el 15 de marzo de 2011 y el 15 de enero de 2012”, según informa este domingo la agencia oficial de noticias SANA.
Desde el inicio de las protestas en marzo, El-Assad ha anunciado varias amnistías parciales. En noviembre fueron excarcelados 1.180 presos y a principios de enero otros 500. El nuevo anuncio llega pocos días antes de la presentación del informe de la misión de observadores de la Liga Árabe que se encuentra desde finales de diciembre en el país. La liberación de los detenidos desde que comenzaron las protestas, la retirada de las tropas gubernamentales del interior de las ciudades y el diálogo con la oposición para restaurar la paz social son algunas de las exigencias incluidas en el Plan de acción presentado en noviembre por la mayoría de los Ministros de Asuntos Exteriores de los 22 países que integran la organización para poner fin a la violencia en Siria.
Bajo ese plan, llegaron al país un centenar de observadores para garantizar el cumplimiento del acuerdo con el gobierno sirio.
El régimen sirio cuantifica en unos 2.000 los miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos en atentados y en emboscadas perpetradas por milicias clandestinas como el autodenominado Ejército Libre Sirio.
En su mensaje al presidente sirio, el secretario general de la ONU ha sido más taxativo de lo habitual, lejos de sus frecuentes ambigüedades. “Le digo que pare la violencia, que deje de matar a su gente, que el camino de la represión es un callejón sin salida”, ha declarado Ban Ki-moon durante una conferencia en Líbano sobre la transición democrática en los países árabes. “Desde el principio de las revueltas, desde Túnez hasta Egipto y más allá, hice un llamamiento a los líderes para que escucharan a su pueblo”, ha subrayado y ha añadido: “Algunos lo hicieron y se beneficiaron. Otros sembraron vientos y recogen tempestades”.
Con su visita al Líbano, país al que llegó el pasado jueves, Ban persigue evitar, desde un país tradicionalmente aliado del régimen de los El-Assad, una intervención militar como la que se llevó a cabo en Libia y que terminó con la imagen de un Gadafi moribundo y ensangrentado en las televisiones de medio mundo.
Sin embargo, quienes no dudaron en intervenir en Libia se lo piensan dos veces en el caso de Siria, a excepción de Francia que ha solicitado públicamente el establecimiento de zonas de seguridad para la protección de civiles. Caso aparte son China y Rusia, cuyo veto en el Consejo de Seguridad ha hecho inviable desde el primer momento cualquier intervención internacional.
| En el mismo día en que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon le ha pedido desde Líbano que “deje de matar a su gente”, el presidente sirio Bashar El-Assad ha anunciado una amnistía para quienes hayan cometidos crímenes “entre el 15 de marzo de 2011 y el 15 de enero de 2012”, según informa este domingo la agencia oficial de noticias SANA.
Desde el inicio de las protestas en marzo, El-Assad ha anunciado varias amnistías parciales. En noviembre fueron excarcelados 1.180 presos y a principios de enero otros 500. El nuevo anuncio llega pocos días antes de la presentación del informe de la misión de observadores de la Liga Árabe que se encuentra desde finales de diciembre en el país. La liberación de los detenidos desde que comenzaron las protestas, la retirada de las tropas gubernamentales del interior de las ciudades y el diálogo con la oposición para restaurar la paz social son algunas de las exigencias incluidas en el Plan de acción presentado en noviembre por la mayoría de los Ministros de Asuntos Exteriores de los 22 países que integran la organización para poner fin a la violencia en Siria.
Bajo ese plan, llegaron al país un centenar de observadores para garantizar el cumplimiento del acuerdo con el gobierno sirio.
El régimen sirio cuantifica en unos 2.000 los miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos en atentados y en emboscadas perpetradas por milicias clandestinas como el autodenominado Ejército Libre Sirio.
En su mensaje al presidente sirio, el secretario general de la ONU ha sido más taxativo de lo habitual, lejos de sus frecuentes ambigüedades. “Le digo que pare la violencia, que deje de matar a su gente, que el camino de la represión es un callejón sin salida”, ha declarado Ban Ki-moon durante una conferencia en Líbano sobre la transición democrática en los países árabes. “Desde el principio de las revueltas, desde Túnez hasta Egipto y más allá, hice un llamamiento a los líderes para que escucharan a su pueblo”, ha subrayado y ha añadido: “Algunos lo hicieron y se beneficiaron. Otros sembraron vientos y recogen tempestades”.
Con su visita al Líbano, país al que llegó el pasado jueves, Ban persigue evitar, desde un país tradicionalmente aliado del régimen de los El-Assad, una intervención militar como la que se llevó a cabo en Libia y que terminó con la imagen de un Gadafi moribundo y ensangrentado en las televisiones de medio mundo.
Sin embargo, quienes no dudaron en intervenir en Libia se lo piensan dos veces en el caso de Siria, a excepción de Francia que ha solicitado públicamente el establecimiento de zonas de seguridad para la protección de civiles. Caso aparte son China y Rusia, cuyo veto en el Consejo de Seguridad ha hecho inviable desde el primer momento cualquier intervención internacional.