Internacional
La estrategia que prepara la UE para combatir el terrorismo
Los 27 discuten cómo frenar el flujo de europeos que van a combatir a Siria
Los ministros del Interior de los Veintisiete discutirán este viernes cómo frenar la marcha de ciudadanos europeos a Siria para combatir al régimen del presidente Bashar al Assad ante el temor de que se radicalicen allí y puedan llevar a cabo ataques terroristas en Europa a su regreso.
"Es un problema grave", ha admitido el coordinador antiterrorista de la UE, Gilles de Kerchove, que ha preparado un informe con propuestas para los ministros. El flujo supera ampliamente al registrado en los casos de Afganistán, Pakistán, Somalia o Yemen y se sitúa ya en alrededor de 600 o 700, según los datos que maneja la UE.
"No todos ellos están impulsados por la ideología, aunque sí la mayoría, y serán entrenados para luchar. Probablemente estarán expuestos a ideas radicales y se radicalizarán y a los que vuelvan, porque desafortunadamente muchos morirán sobre el terreno, se les pedirá que lancen ataques en Europa o el norte de África", ha dicho Kerchove.
Entre las medidas que sugiere el coordinador antiterrorista destaca que todos los Estados miembros de la UE tipifiquen como delito "viajar al extranjero para la “yihad”, para objetivos de entrenamiento o combate". Y castiguen estas actuaciones con una combinación de "sanciones penales y administrativas". Para ello se ha encargado a la oficina europea de cooperación judicial, Eurojust, que presente propuestas.
Los Gobiernos deberían además mejorar la cooperación y el intercambio de información para detectar a "viajeros sospechosos".
Por ello, el coordinador antiterrorista ve imprescindible que la UE cree su propio registro de datos de pasajeros aéreos, similar al que ya existe en EEUU, Canadá o Australia. La comisión de Libertades Públicas de la Eurocámara rechazó en abril esta iniciativa, pero el pleno podría pedir en las próximas semanas que se vuelva a considerar.
Otra de las propuestas sobre la mesa de los ministros será reforzar la vigilancia sobre las redes sociales como Facebook o Twitter para mejorar la detección de individuos radicalizados que pueden actuar como "lobos solitarios", como en los casos de los recientes atentados de Boston y Londres.