Una cuarta noche de incidentes tuvo lugar en algunas zonas pobres de la región de Estocolmo, donde se registraron varios incendios y los bomberos recibieron pedradas, tras matar la policía sueca la semana pasada a un hombre de 69 años que la había amenazado con un machete en el barrio de Husby.

Hasta 300 personas llegaron a salir a la calle durante los incidentes, según el jefe de la policía local, Jörgen Karlsson. Posteriormente, unos jóvenes incendiaron automóviles y lanzaron piedras contra las fuerzas policiales.


Husby, un barrio pobre que posee grandes edificios de viviendas económicas en mal estado y un índice muy alto de desempleo, se encuentra a poca distancia de una zona en la que se concentra un sector de alta tecnología en plena expansión. El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, consideró "importante recordar que quemar el automóvil de su vecino no constituye un ejemplo de libertad de expresión, sino que se trata de vandalismo".

En declaraciones a la agencia de noticias sueca TT, el jefe de Gobierno hizo un llamamiento a la calma, en momentos en que los incendios de coches, degradaciones de bienes materiales y pedradas se extendían a otros barrios pobres de Estocolmo y sus suburbios.

En la madrugada de este jueves, una comisaría de policía recibió pedradas en Kista, y otras dos más también. La policía procuraba encontrar a los responsables de los incidentes. "Todo herido constituye una tragedia y todo automóvil quemado es un fracaso de la sociedad (...) pero Estocolmo no está ardiendo", subrayó un alto funcionario policial de la capital sueca, Ulf Johansson.