Los atentados terroristas perpetrados esta semana son una respuesta a los avances de las Fuerzas Armadas de Siria, y una muestra de la desesperación de los terroristas en el campo de batalla pese a todo el apoyo recibido de determinados países.


El ministro de Interior de Siria, el teniente general Mohamad Ibrahim al-Shaar, ha indicado que tanto el atentado perpetrado el pasado lunes en el distrito de Al Mezze, del que salió ileso el primer ministro, Wael al-Halqi, pero en el que murieron cinco personas, como el de ayer en la plaza Maryé, que se ha saldado con 14 muertos y 70 heridos, "son una reacción a los logros del Ejército".

Al-Shaar ha señalado que el objetivo de estos "actos terroristas" contra la capital siria, Damasco, es socavar la moral ciudadana y sabotear las infraestructuras. Además, ha aseverado que "el primer beneficiario de estos actos terroristas es el enemigo israelí".


Por su parte, el Ministerio de Exteriores ha enviado sendas cartas al Consejo de Seguridad y al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, para denunciar "el continuo apoyo de determinados países a Al-Qaeda y sus aliados, mediante dinero, armas y entrenamiento".

El régimen sirio ha recordado que "es una flagrante violación de los compromisos asumidos por estos países en el marco del Derecho Internacional y de las resoluciones de Naciones Unidas sobre la lucha contra el terrorismo".

Además, se ha referido al atentado contra el primer ministro sirio, que lidera el comité ministerial para la implementación del programa político destinado a solucionar la crisis. "Es una clara expresión de que esta parte no quiere una solución política", ha considerado.

"También muestra la verdadera cara de los grupos armados y quienes están detrás de ellos en un acercamiento al terrorismo y la destrucción que han adoptado como la única forma de alcanzar sus objetivos políticos, en contra de los modernos valores de humanidad", ha añadido.

En consecuencia, ha instado a Naciones Unidas a "condenar clara y firmemente estos feos crímenes terroristas de forma que no deje margen a la interpretación" y a "cesar el apoyo proporcionado por grupos de países árabes o extranjeros, que todavía insisten en socavar los esfuerzos políticos a través de la violencia".

"La decisión del Consejo de Seguridad de ignorar estos actos terroristas y de no tomar acciones será interpretada como un golpe a los esfuerzos internacionales en la lucha contra el terrorismo y contra sus fuentes", ha advertido.