Varios prisioneros encarcelados en el centro de detención de la Base Naval estadounidense en Guantánamo (Cuba) se han enfrentado a los guardias cuando intentaban trasladarles de una zona comunal a celdas individuales, después de varias semanas de tensión entre los militares y los prisioneros, ha informado el diario “The New York Times”.

El incidente se desató, según fuentes militares, cuando los reclusos (que mantienen una huelga de hambre desde hace más de dos meses) resistieron con “armas improvisadas” ante la orden de traslado, emitida por los responsables de la prisión. El acto de resistencia de los prisioneros fue respondido con disparos de guardianes, que hicieron uso de armas “no letales”.


"Algunos detenidos se han resistido con armas improvisadas y, en respuesta, se ha disparado cuatro veces con munición no letal", han informado las Fuerzas Armadas estadounidenses en un comunicado.

Un responsable militar ha asegurado que al menos uno de los presos ha sido alcanzado por el impacto de una pelota de goma, aunque no se ha informado sobre el número de heridos ni cómo pudieron resistir los internos la carga de los guardias.

Las autoridades de la cárcel adujeron que el traslado se llevaba a cabo “para garantizar la salud y la seguridad de los detenidos”, sin mencionar el número de los prisioneros trasladados.

La huelga de hambre comenzó el pasado 6 de febrero, cuando el personal de la prisión se apoderó de las pertenencias personales de algunos presos, incluyendo las cartas, fotografías y copias del Corán, en un acto sacrílego, mientras registraban sus celdas.


Hasta el pasado viernes, según las Fuerzas Armadas estadounidenses, 43 de los 166 reclusos de Guantánamo estaban en huelga de hambre. Los abogados de varios detenidos mantienen que el ayuno está siendo secundado por la mayoría de los presos. Las Fuerzas Armadas estadounidenses llevan semanas sin permitir a la prensa acceder a Guantánamo.

La base naval de Estados Unidos en Guantánamo se convirtió en una cárcel en 2002, para retener allí a quienes eran considerados sospechosos de terrorismo. En su campaña electoral, el presidente estadounidense, Barack Obama, prometió cerrar el centro, en el que se aplican diversos tipos de tortura, promesa que aún sigue sin cumplirse.