El Gobierno de la ocupación israelí ha ofrecido este viernes al prisionero palestino Samer al Issawi, que lleva más de siete meses en huelga de hambre en protesta por su detención ilegal, un acuerdo que incluye su exilio a un país miembro de Naciones Unidas.

El portavoz de la oficina del “primer ministro” israelí, Ofir Gendelman, ha afirmado que la oferta ha sido presentada debido al mal estado de salud que sufre el prisionero, según ha informado la agencia palestina de noticias Maan.

Asimismo, ha subrayado que "los países de la ONU y de la Unión Europea (UE) que han solicitado su liberación han declinado encontrar un país que le acepte".

Por su parte, el ministro de Asuntos Penitenciarios de la Autoridad Palestina, Issa Qaraqe, ha indicado que Al Issawi ha rechazado la oferta y que ha insistido en su derecho a regresar a su localidad de residencia, la ciudad santa de Al-Quds (Jerusalén).

En marzo, el Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR) denunció que la deportación de presos palestinos por parte de “Israel” supone una violación de las Convenciones de Ginebra.
La organización argumentó que la deportación forzosa es una forma de castigo colectivo prohibida por la Cuarta Convención de Ginebra, que prohíbe "la transferencia forzosa, individual o masiva, así como la deportación de personas protegidas de un territorio ocupado al territorio del poder ocupante o a cualquier otro país, ocupado o no".