El primer ministro libanés designado, Tamam Salam, terminó hoy las consultas parlamentarias, iniciadas ayer, para formar un nuevo Gobierno, que insistió que debe ser de "interés nacional".
En declaraciones a la prensa, Salam destacó que para él supone una gran responsabilidad a la hora de formar un Ejecutivo mantener el consenso alcanzado en el Parlamento para su elección como primer ministro.


Salam obtuvo el apoyo de 124 de los 128 diputados en la votación del pasado sábado en la asamblea parlamentaria para designar un nuevo jefe de Gabinete, tras la dimisión el 22 de marzo del Gobierno de Nayib Mikati por divisiones internas.

Adelantó que el futuro Ejecutivo tendrá "una importante tarea nacional, ya que deberá organizar las elecciones, responder a muchos retos, alcanzar el desarrollo económico, restablecer la seguridad y devolver la confianza a los libaneses en las instituciones democráticas".

Pese a que reconoció que cada grupo tiene sus propias "ideas, preocupaciones y objetivos", afirmó que intentará mantener la confianza obtenida.

Los bloques políticos libaneses están divididos respecto a la composición del Gobierno

Las Fuerzas del 8 de Marzo, que dispone de la mayoría parlamentaria, quieren un Ejecutivo de unidad nacional con un perfil político, mientras que su rival, las Fuerzas del 14 de Marzo, liderada por el ex primer ministro Saad Hariri, aboga por uno neutral de tecnócratas.

Ahora Salam se retirará a elaborar una lista con sus candidatos a ministro, que más tarde tendrá que presentar al Parlamento para su votación.

La principal tarea del futuro Ejecutivo será supervisar las elecciones legislativas, previstas para el próximo 16 de junio, sobre las que todavía los grupos no han alcanzado un consenso.