Internacional
Líbano: Un nuevo primer ministro “de consenso”
Salam debe desbloquear las negociaciones para convocar elecciones
A partir de hoy comienza el primer ministro nombrado, Tammam Salam, sus consultas para la formación de un nuevo gobierno, tras haber recibido el visto bueno de 124 de los 128 diputados. “Agradezco a todos los grupos la confianza que me han dado”, declaró el sábado, después de recibir la confirmación del cargo, “este consenso en este preciso momento ayuda a revitalizar la democracia”.
El nuevo primer ministro ha hecho hincapié en su imagen de independiente
El nuevo primer ministro ha resaltado instantes después de su nombramiento la necesidad de someter su mandato a los “intereses nacionales” y ha hecho hincapié en su imagen de independiente: “No me he comprometido con ninguna fuerza política. Todas las discusiones sobre la formación de un nuevo Gobierno están sujetas a consultas”.
Salam, de 67 años y descendiente de una importante saga política libanesa, mantiene estrechos lazos con la familia real saudí, que financia la fundación caritativa que preside, y con el partido de Saad Hariri, en cuyas listas ha llegado a concurrir sin afiliarse definitivamente. Su nominación recibió el espaldarazo definitivo en Riad un día antes de iniciar la ronda de consultas para su nombramiento.
Salam tiene apoyo saudí y aprobación libanesa
“El consenso entre los partidos políticos para nombrar a Salam (…) da a los libaneses alguna esperanza de que la nueva etapa liderada por él puede ser buena”, se ha pronunciado el embajador saudí en Líbano, Awad Asiri, quien confía en que el país sea “capaz de formar un equipo coherente” para superar la inestabilidad que sacude la región.
El propio Nahib Berri, presidente del Parlamento, reconocía el viernes que “todos deberían cooperar por el futuro de Líbano” y justificaba la elección de Salam para encabezar “un Gobierno de consenso nacional” en un momento de máxima tensión en el país.
Los retos del nuevo gobierno
Más allá de deshacer el bloqueo sobre el proceso electoral, el nuevo primer ministro deberá aglutinar el apoyo de ambas fuerzas en otros asuntos que les enfrentan frontalmente, desde la composición de un Ejecutivo donde las carteras de Energía y Telecomunicaciones son las más disputadas, hasta la reactivación del Diálogo Nacional sobre el desarme de las milicias libanesas y la maltrecha política de disociación con respecto a la crisis siria, que amenaza con contagiar al estado levantino.