Internacional
Diez años después, aparecen pruebas de maltrato a prisioneros iraquíes
AI pide una investigación imparcial del vídeo de los militares españoles
Amnistía Internacional (AI) ha reclamado hoy al ministro de Defensa, Pedro Morenés, una investigación "inmediata, exhaustiva e imparcial" sobre lo que ocurrió realmente en relación con un vídeo en el que supuestamente unos militares españoles maltratan a un prisionero cuando se encontraban en Irak.
"Es inaceptable que un vídeo así no se haya investigado durante ocho años", ha lamentado el director de AI en España, Estaban Beltrán, en declaraciones a la prensa.
Esta organización va a preguntar también a Morenés si ha habido algún tipo de investigación sobre malos tratos y cuál ha sido el destino de los 111 detenidos en la base militar de España en Diwaniya (Iraq) que después, según Beltrán, se entregaron a los cuerpos de seguridad iraquíes o las fuerzas estadounidenses. También quiere saber si se garantizó que esas personas no serían torturadas.
Beltrán ha indicado que, a petición de AI, los ministros socialistas de Defensa José Bono y José Antonio Alonso "negaron" en 2004 y 2006 que hubiera ningún tipo de maltrato de detenidos.
Ha recordado que AI se interesó entonces por el trato que recibían los detenidos en la base de Diwaniya; por si médicos españoles habían sido testigos de torturas en el centro estadounidense de prisioneros Camp Bucca; si se había abierto una investigación sobre el caso del traductor que denunció malos tratos por miembros del CNI y sobre las denuncias, según Beltrán, de agresiones por parte de personal de las Fuerzas Armadas en Diwaniya en 2006.
El vídeo difundido por el diario español “El-País”, el domingo pasado muestra, como describe el mismo periódico, a cinco soldados españoles entrando en una celda. En el suelo, sobre una manta, con dos botellas de agua a su lado, hay un hombre. Uno de los soldados le ordena a gritos que se incorpore. El hombre, postrado, no parece entenderle. A su lado hay otro detenido que a mitad de la grabación, que dura 40 segundos, es arrojado sobre el primero. Tres de los soldados la emprenden a patadas con ambos. Otros dos observan desde la puerta de la celda. Un sexto graba la escena. Uno de los militares los patea con especial saña. En dos ocasiones parece a punto de marcharse, pero se vuelve para descargar toda la fuerza de su bota sobre los cuerpos indefensos. De las víctimas solo se escuchan jadeos y gemidos. Un militar, que durante la paliza se ha quedado mirando desde el quicio de la puerta, comenta al final: "¡Jo! A este se lo han cargado ya"