Más de una docena de personas resultaron heridas el viernes al irrumpir la Policía israelí en la explanada de las mezquitas del Aqsa en Al-Quds (Jerusalén) en una nueva jornada de opresión y tensión en la zona.

Las fuerzas de ocupación, como es habitual, alegaron que han sido atacados por los fieles que rezaban en la mezquita, una excusa repetida para justificar sus brutales ataques. Un portavoz de la Policía israelí informó de que los agentes entraron en la explanada después de que grupos de jóvenes palestinos lanzaran piedras y bombas incendiarias contra las fuerzas que estaban apostadas en la puerta de los mugrabíes, junto a la mezquita de Al Aqsa.


Los hechos ocurrieron al terminar las oraciones del viernes en la famosa mezquita, lugar de frecuentes enfrentamientos debido a que los israelíes siempre han tratado de impedir a los palestinos acudir a la Gran Mezquita para realizar sus rezos.

En los disturbios de hace dos semanas resultó herido un palestino por el impacto en la cabeza de una bala de goma y el jueves falleció de sus heridas.

La edición electrónica del diario israelí Yediot Aharonot cifra los heridos de ayer en nueve agentes que sufrieron heridas leves y un número indeterminado de manifestantes, tanto en Al-Quds como en otros lugares de Cisjordania.

Un fotógrafo de prensa no identificado que resultó herido por la policía fue trasladado al hospital Ein Karem de Al-Quds.


Los enfrentamientos en la ciudad santa coincidieron con protestas populares en al menos una decena de localidades de Cisjordania, que el ejército y la policía israelíes disolvieron con medios violentos.

En los últimos meses los palestinos han elevado el nivel de protesta contra la ocupación israelí de sus tierras con concentraciones semanales en accesos a asentamientos, controles militares y prisiones, en las que cuatro presos palestinos siguen una huelga de hambre desde hace semanas.