Internacional
El día en que la ciudad de Saida fue tomada rehén en manos de El-Asir
Lo que pasó en Saida es una advertencia de un inminente peligro
El viernes, primer día del mes de marzo, ha sido por excelencia el día de Saida (Sidón), ya que toda la atención estaba centrada en lo que podría pasar si el controvertido Sheij Ahmed El-Asir llevase a cabo sus amenazas y atacara con sus fanáticos seguidores lo que denomona “centros de Hezbolá” en la ciudad.
Pese a la escalada en las provocaciones del Sheij Ahmed al-Asir y sus acciones y discursos que fomentan la sedición y división sectaria en Líbano, las rigurosas medidas de seguridad tomadas por el ejército y las fuerzas del orden han evitado que la capital del Sur libanés sufriera un conflicto indeseado y han permitido que la ciudad “siguiera su curso de vida habitual” indiferente a las advertencias del polémico Sheij El-Asir.
No obstante, los temores a un posible “desbordamiento de violencia” se han trasladado a varios puntos del país, motivados por los “movimientos provocativos”, al parecer coordinados, en el centro de la capital Beirut y varias zonas.
Empezando por Saida, “la ciudad símbolo de la seguridad y convivencia, toca las campanadas de alerta, advirtiendo de un inminente peligro”, escribió el diario “Assafir” en su edición de hoy.
“El curso de los acontecimientos en Saida reafirma que Líbano se ha convertido en un campo fértil para las semillas de la división sectaria y confesional que arrasa todo Oriente Medio”, según el diario, que añadió, “todos los promotores de la sedición, así como los financiadores y los beneficiarios ya están en territorio libanés, y están preparando el terreno para un “enfrentamiento” sanguinario abierto”.
En el mismo contexto, el periódico “Al-Bina” opina que “el Estado libanés ha conseguido recuperar su prestigio, y el ejército ha podido, con la colaboración de las fuerzas de seguridad, frenar a los grupos radicales apagando la mecha explosiva en Saida, cuando obligó al Sheij El-Asir y sus fanáticos seguidores a detener sus acciones provocativas contra los otros residentes en la ciudad, y restringir sus movimientos a una sentada dentro de la mezquita”.
De otra parte, el diario informó, de fuentes de seguridad, que el ejército no permitirá ningún movimiento fuera del marco determinado, y tratará con severidad a cualquier elementos armados.
Las medidas tomadas por el ejército, así como otras medidas de seguridad, aplicadas en varias ciudades, en especial Beirut y Trípoli, ha causado confortamiento entre la población, debido a que los grupos radicales últimamente se han extendido sus provocaciones e intentos de alteración traspasando todos los limites, lo que amenazaba seriamente la seguridad y la estabilidad en todo el país.
Este viernes se han registrado varios incidentes en diversos puntos del país, que se definan como “claros intentos de sabotaje realizados por parte de los que patrocina a los grupos radicales”, según “Al-Binaa”, siendo la situación más tensa la que se vivió dentro de la cárcel de Rumieh, donde los presos (salafistas) atacaron y agredieron a los guardias, causando heridas muy graves a cinco guardias, según fuentes oficiales. Sin embargo, el incidente más significativo ocurrió cuando jóvenes partidarios del partido “Mustaqbal” (Futuro) irrumpieron en la mezquita “Alamin”, en el centro de Beirut, y querían impedir al “Imam” de la mezquita, Sheij Hisham Jalife, realizar las oraciones del viernes, con el pretexto de que “iba a hablar mal de Saad Hariri”, el incidente ha sido condenado enérgicamente por Dar El-Fatwa (constitución religiosa sunní) y muchas personalidades.
“Un grupo de siete personas irrumpieron en la mezquita con la intención de hacerme bajar de Al-Mimbar, pero los devotos que estaban en la mezquita evitaron que llegaran a mi”, declaró el Sheij Jalife. “Estas personas amenazaron que llevan armas en el coche, y dijeron que estaba prohibido hablar de Saad Hariri”, agregó.
Este tipo de agresiones se ha repetido últimamente en varias mezquitas de la capital Beirut, con el fin de acallar la voz contraria, o que no aprueba la política del partido “Mustaqbal”.