Un policía afgano drogó a 17 compañeros y posteriormente los mató a tiros con la ayuda de los talibanes, dijeron las autoridades el miércoles, en el último de una serie de ataques contra las fuerzas de seguridad del país asiático cometidos desde el interior de sus filas.

Este tipo de ataques han minado la confianza entre las fuerzas afganas, que se encuentran bajo una creciente presión para contener la insurgencia talibana antes de que la mayoría de las tropas de combate de la OTAN se retiren del país a finales de 2014.

El asesinato múltiple, el caso más grave de una serie de ataques similares que se han perpetrado en los últimos meses, se produjo en un puesto de la Policía Local Afgana (ALP) en la provincia oriental de Ghazni.

"Un policía infiltrado primero drogó a 17 de sus compañeros y luego llamó a los talibanes y les dispararon a todos juntos", dijo a Reuters el detective jefe de la policía de Ghazni, Mohammad Hassan.

Siete de los muertos eran nuevos reclutas en formación, según las autoridades. Los talibanes se adjudicaron la responsabilidad del ataque en un mensaje de texto enviado por el portavoz Zabihullah Mujahid.

La Policía Local Afgana es una fuerza de rápido crecimiento diseñada por Estados Unidos para reclutar a hombres locales como agentes de seguridad, pero el ente policial ha sido acusado de abusos y de corrupción generalizada.

En septiembre, Afganistán suspendió el entrenamiento de nuevos reclutas después de una ola de ataques contra soldados extranjeros.