La agrupación islámica bahreiní “Al Wifaq”, ha anunciado que las autoridades de Bahréin ha destruido, de forma sistemática, 38 mezquitas en las distintas provincias del país, además de dañar y sabotear otras tantas mezquitas, funerales, instalaciones, y centros religiosos, todos ellos pertenecen a la comunidad chiita en Bahréin, que es considerado un acto peligroso que va más allá de la lógica, las costumbres, y la conducta religiosa y moral, es algo que no tiene precedente en la historia del mundo desde el nacimiento del Islam hace 1400 años.

Asimismo, afirma “Al Wifaq”, que reclama la reconstrucción inmediata de todas las mezquitas, sin excepción, y presentar disculpas a la parte afectada, al mismo tiempo pide que se haga todo lo posible para asegurar que no se repita la violación de derechos de cualquier comunidad, y garantizar el libre albedrío en este país. Agregando que la única forma de conseguir la libertad a todos es a través de la democracia, que es imposible conseguirla con los regímenes tiranos y dictatoriales.

De otro lado, “Al Wifaq” reafirma la necesidad de una comisión de la ONU, para conocer de cerca lo que está sucediendo en Bahréin de violaciones, injusticias y abusos a diario, que llegan hasta el punto de asesinatos, torturas, castigos colectivos, y represión, asegurando que la “inundación” de las áreas y los suburbios de gases venenosas por parte de las fuerzas de seguridad constituye una amenaza directa a la vida y seguridad del ciudadano, siendo un lento método de asesinato, cuya responsabilidad recae sobre la autoridad, exponemos estos hechos ante la Comunidad Internacional y las Instituciones de derechos humanos.

“El Wifaq” aclara que el uso excesivo de estos gases, especialmente en las zonas densamente pobladas, ha sido la causa principal de la muerte de muchos ciudadanos según certifican sus familiares, y la causa indirecto de muchas enfermedades y daños de salud, a pesar de que las autoridades son conscientes de ello, siguen empleando estos gases.