Internacional
La crisis siria un enredo geoestratégico-regional-internacional
Mustafá Al Haj Ali
Cuando empezó la crisis en Siria, era lógico que muchos la vieran desde el ángulo de la ola de levantamientos populares que afectaron a más de un país árabe, especialmente en el golfo y el norte de África, y era también natural que la influencia de los motivos locales internos de la crisis encubriera los motivos de otra índole. El propio régimen reconoció tales motivos y actuó en consecuencia considerándose responsables de gran parte de ellos, sin embargo, con el tiempo y concretamente desde la descarada intervención occidental en Libia y la trayectoria que tomaron algunos de los levantamientos populares árabes además de los papeles que están jugando algunos regímenes árabes, en especial los del golfo, junto al rudo y descortés comportamiento de Turquía, han empezado a aclararse más las dimensiones exteriores de la crisis siria, la cual se ha exacerbado mucho considerándose una gran e inmejorable ocasión para conseguir intereses geoestratégicos sumamente importantes a nivel regional e internacional.
Aquí podemos afirmar que si la crisis siria se hubiese limitado a las consideraciones locales internas de Siria, habría encontrado más de una salida para su solución, especialmente porque el régimen y numerosos sectores nacionales opositores habían mostrado una gran predisposición en ese sentido. No obstante, las intromisiones exteriores, que han pretendido cabalgar con esta crisis por grandes intereses, son las que han cortado y siguen cortando el camino para la solución coyuntural, razonable y equilibrada de la crisis siria.
Hoy en día, ha quedado muy clara la anteposición de las consideraciones externas de la crisis siria a las que son puramente internas.
En cuanto a las razones, son muchas. La más destacada es que Siria, hoy en día, es el punto de confluencia de todas las líneas de conflicto regionales e internacionales en la zona y de su destino dependerá el futuro del equilibrio regional actual que rige una alineación distribuida sobre dos ejes principales que, por un lado, consiste en el eje israelí-estadounidense-atlántico-gólfico, esto de modo principal y árabe-estadounidense de modo más general. Y en frente, otro eje opuesto formado por los estados y los movimientos de resistencia y de disentimiento en la zona. Este eje encuentra un apoyo internacional representado por Rusia en primer grado y por China en segundo lugar, de lo que ocurra en Siria hoy dependerá el posicionamiento y el papel de muchos otros países a la cabeza de los cuales se encuentra Turquía.
Todas estas consideraciones son lo que da a la crisis siria un tinte geoestratégico que no se puede sobrepasar ni ignorar. Por todas estas consideraciones se esfuerza el eje estadounidense-israelí…..etc. en poner toda la carne en el asador por ganar la batalla de derrocar al régimen sirio y no por la batalla de las enmiendas o lo que se les parezca, pues EEUU se revuelve entre varias crisis y fracasos e “Israel” se encuentra en un estado de desconfianza sin precedentes ante lo que mejor sabe hacer, que es usar la fuerza militar, añadido a otras crisis que padece, y por ello pretenden establecer en la zona, una situación en la que no se desequilibre la balanza del lado de su enemigo común que es el estado de resistencia con todos sus componentes, especialmente si EE.UU. abandona Irak en el tiempo establecido.
La estrategia estadounidense es clara y consiste en varias actuaciones de las cuales las más destacadas son:
Primero: Intentar contener los levantamientos populares exitosos a través de configurar modos de entendimientos y establecer ecuaciones internas que le permitan cubicar estos levantamientos de forma que no supongan peligro alguno para sus intereses y para la seguridad del ente israelí en la zona.
Segundo: Reordenar los alineamientos en la zona no en base a las diferencias políticas sino en base a las diferencias confesionales con el fin de lograr un equilibrio chií-suní en la zona y esto es debido a que hay quien ve en la retirada estadounidense de Irak un claro aventajamiento estratégico de los chiíes en esa zona.
Tercero: Adoptar la estrategia de la demolición gradual de los factores de fuerza del régimen sirio, consistiendo dicha estrategia en;
a- Desangrar el ejército sirio con amplias persecuciones recurriendo a la militarización de lo que llaman” la sublevación siria” , lo que abre el camino a grandes campañas de censura de régimen sirio de que utiliza la desmesurada fuerza en la represión de los opositores y así incitar a la opinión pública y proporcionar una materia motivadora de tomar resoluciones de incriminación y censura contra este régimen en entidades internacionales como la Organización de los Derechos Humanos o para presentar denuncias en los tribunales internacionales correspondientes. Y lo más peligroso que todo lo anterior es intentar que lo que acontece en Siria tome dimensiones religiosas y confesionales para preparar un ambiente adecuado para las guerras civiles por un lado, y para debilitar apoyo suní y chií al régimen por otro lado.
b- Desangrarlo económicamente imponiendo una serie de sanciones económicas internacionales y árabes que afectan, en primer grado, al sector de los hombres de negocio leales al régimen, además de drenar las sanciones económicas en consecuencias sociales que consisten en lanzar una gran operación de huelga general para así ampliar el círculo de los sublevados.
c- Hacer discurrir las consecuencias de todo lo anterior hacia facilitar la presión por una intervención internacional muy similar a lo que ocurrió y ocurre en Libia.
d- Practicar intervenciones directas en las estabilidades internas de la crisis siria presionando al conjunto de las minorías para alejarlas del régimen dándoles garantías de seguridad de su futuro en el seno del nuevo régimen que se presume se establecerá, y desde el papel que hacen los correspondientes embajadores de Washington y Paris en especial, y desde la confabulación de los observadores internacionales a los que Feltman determinó un único cometido que es “no transmitir las verdades”, sino ayudar a desconcertar al régimen proporcionando apoyo moral y político directo a los sublevados.
Todo lo anterior y apoyándose en la estabilidad de los factores de fuerza del régimen y su éxito en contener las estabilidades internas de su parte y basándose en el apoyo regional e internacional del que dispone, lo que le permitirá escabullirse de lo que se le planea, la confrontación del régimen sirio con el eje estadounidense-israelí será dura y prolongada y dependerá en gran medida, de la estabilidad del régimen y de su poder de resistencia frente a una lucha en varias zonas y frentes y en un ambiente de mensajes intercambiados muy calientes. Lo que significa que, en el caso de no suceder un acontecimiento inesperado que dé la vuelta a los datos, los meses venideros y lo que conlleven de evoluciones dibujarán los aspectos de la efectiva salida de Siria de su crisis. Será una etapa de espera muy difícil pero necesaria, y ahí está el meollo de todas las apuestas pues es en el interior de Siria es donde se determinan los resultados y no en el exterior, especialmente después del fracaso del eje estadounidense-israelí en utilizar la fuerza bruta para resolver esta batalla a su favor.
| Cuando empezó la crisis en Siria, era lógico que muchos la vieran desde el ángulo de la ola de levantamientos populares que afectaron a más de un país árabe, especialmente en el golfo y el norte de África, y era también natural que la influencia de los motivos locales internos de la crisis encubriera los motivos de otra índole. El propio régimen reconoció tales motivos y actuó en consecuencia considerándose responsables de gran parte de ellos, sin embargo, con el tiempo y concretamente desde la descarada intervención occidental en Libia y la trayectoria que tomaron algunos de los levantamientos populares árabes además de los papeles que están jugando algunos regímenes árabes, en especial los del golfo, junto al rudo y descortés comportamiento de Turquía, han empezado a aclararse más las dimensiones exteriores de la crisis siria, la cual se ha exacerbado mucho considerándose una gran e inmejorable ocasión para conseguir intereses geoestratégicos sumamente importantes a nivel regional e internacional.
Aquí podemos afirmar que si la crisis siria se hubiese limitado a las consideraciones locales internas de Siria, habría encontrado más de una salida para su solución, especialmente porque el régimen y numerosos sectores nacionales opositores habían mostrado una gran predisposición en ese sentido. No obstante, las intromisiones exteriores, que han pretendido cabalgar con esta crisis por grandes intereses, son las que han cortado y siguen cortando el camino para la solución coyuntural, razonable y equilibrada de la crisis siria.
Hoy en día, ha quedado muy clara la anteposición de las consideraciones externas de la crisis siria a las que son puramente internas.
En cuanto a las razones, son muchas. La más destacada es que Siria, hoy en día, es el punto de confluencia de todas las líneas de conflicto regionales e internacionales en la zona y de su destino dependerá el futuro del equilibrio regional actual que rige una alineación distribuida sobre dos ejes principales que, por un lado, consiste en el eje israelí-estadounidense-atlántico-gólfico, esto de modo principal y árabe-estadounidense de modo más general. Y en frente, otro eje opuesto formado por los estados y los movimientos de resistencia y de disentimiento en la zona. Este eje encuentra un apoyo internacional representado por Rusia en primer grado y por China en segundo lugar, de lo que ocurra en Siria hoy dependerá el posicionamiento y el papel de muchos otros países a la cabeza de los cuales se encuentra Turquía.
Todas estas consideraciones son lo que da a la crisis siria un tinte geoestratégico que no se puede sobrepasar ni ignorar. Por todas estas consideraciones se esfuerza el eje estadounidense-israelí…..etc. en poner toda la carne en el asador por ganar la batalla de derrocar al régimen sirio y no por la batalla de las enmiendas o lo que se les parezca, pues EEUU se revuelve entre varias crisis y fracasos e “Israel” se encuentra en un estado de desconfianza sin precedentes ante lo que mejor sabe hacer, que es usar la fuerza militar, añadido a otras crisis que padece, y por ello pretenden establecer en la zona, una situación en la que no se desequilibre la balanza del lado de su enemigo común que es el estado de resistencia con todos sus componentes, especialmente si EE.UU. abandona Irak en el tiempo establecido.
La estrategia estadounidense es clara y consiste en varias actuaciones de las cuales las más destacadas son:
Primero: Intentar contener los levantamientos populares exitosos a través de configurar modos de entendimientos y establecer ecuaciones internas que le permitan cubicar estos levantamientos de forma que no supongan peligro alguno para sus intereses y para la seguridad del ente israelí en la zona.
Segundo: Reordenar los alineamientos en la zona no en base a las diferencias políticas sino en base a las diferencias confesionales con el fin de lograr un equilibrio chií-suní en la zona y esto es debido a que hay quien ve en la retirada estadounidense de Irak un claro aventajamiento estratégico de los chiíes en esa zona.
Tercero: Adoptar la estrategia de la demolición gradual de los factores de fuerza del régimen sirio, consistiendo dicha estrategia en;
a- Desangrar el ejército sirio con amplias persecuciones recurriendo a la militarización de lo que llaman” la sublevación siria” , lo que abre el camino a grandes campañas de censura de régimen sirio de que utiliza la desmesurada fuerza en la represión de los opositores y así incitar a la opinión pública y proporcionar una materia motivadora de tomar resoluciones de incriminación y censura contra este régimen en entidades internacionales como la Organización de los Derechos Humanos o para presentar denuncias en los tribunales internacionales correspondientes. Y lo más peligroso que todo lo anterior es intentar que lo que acontece en Siria tome dimensiones religiosas y confesionales para preparar un ambiente adecuado para las guerras civiles por un lado, y para debilitar apoyo suní y chií al régimen por otro lado.
b- Desangrarlo económicamente imponiendo una serie de sanciones económicas internacionales y árabes que afectan, en primer grado, al sector de los hombres de negocio leales al régimen, además de drenar las sanciones económicas en consecuencias sociales que consisten en lanzar una gran operación de huelga general para así ampliar el círculo de los sublevados.
c- Hacer discurrir las consecuencias de todo lo anterior hacia facilitar la presión por una intervención internacional muy similar a lo que ocurrió y ocurre en Libia.
d- Practicar intervenciones directas en las estabilidades internas de la crisis siria presionando al conjunto de las minorías para alejarlas del régimen dándoles garantías de seguridad de su futuro en el seno del nuevo régimen que se presume se establecerá, y desde el papel que hacen los correspondientes embajadores de Washington y Paris en especial, y desde la confabulación de los observadores internacionales a los que Feltman determinó un único cometido que es “no transmitir las verdades”, sino ayudar a desconcertar al régimen proporcionando apoyo moral y político directo a los sublevados.
Todo lo anterior y apoyándose en la estabilidad de los factores de fuerza del régimen y su éxito en contener las estabilidades internas de su parte y basándose en el apoyo regional e internacional del que dispone, lo que le permitirá escabullirse de lo que se le planea, la confrontación del régimen sirio con el eje estadounidense-israelí será dura y prolongada y dependerá en gran medida, de la estabilidad del régimen y de su poder de resistencia frente a una lucha en varias zonas y frentes y en un ambiente de mensajes intercambiados muy calientes. Lo que significa que, en el caso de no suceder un acontecimiento inesperado que dé la vuelta a los datos, los meses venideros y lo que conlleven de evoluciones dibujarán los aspectos de la efectiva salida de Siria de su crisis. Será una etapa de espera muy difícil pero necesaria, y ahí está el meollo de todas las apuestas pues es en el interior de Siria es donde se determinan los resultados y no en el exterior, especialmente después del fracaso del eje estadounidense-israelí en utilizar la fuerza bruta para resolver esta batalla a su favor.