Internacional
Moscú reafirma su rechazo a sanciones contra Damasco
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, reafirmó hoy el rechazo de Moscú a las sanciones contra Damasco, al calificar de ineficaz esa vía.
“Lamentablemente, la experiencia demuestra que las sanciones nunca surten efecto, con excepciones muy raras”, manifestó Lavrov tras reunirse en Moscú con su homólogo argelino.
Agregó que Rusia no está dispuesta a usar esa medida, “salvo los casos más extremos” pero se pronunció por “actuar enérgicamente y buscar las vías de paz en lugar de incrementar la presión unilateral”.
Recordó que EEUU, la UE y otros países “llevan más de medio año adoptando nuevas sanciones contra Siria, incluidas las económicas que repercuten negativamente en la población”.
La actuación de Moscú, según él, no es menos enérgica pero positiva, pues se plasma en contactos casi diarios con el Gobierno y la oposición de Siria, a fin de que entablen diálogo a partir de la iniciativa presentada por la Liga Árabe.
Lavrov denunció que en Siria hay grupos extremistas cuyo objetivo es “provocar una catástrofe humanitaria y conseguir un pretexto para reclamar intervención extranjera en el conflicto”.
Calificó de “inapropiado” interpretar la actuación de esos grupos como lucha contra la dictadura o aspiración a la democracia.
Expresó el respaldo de Moscú al plan del arreglo presentado por la Liga Árabe pero insistió en que esa iniciativa no se transforme en un ultimátum.
También destacó que “Rusia y otros países del Grupo BRICS, si les interesa, podrían agregar sus observadores a los de la Liga Árabe”.
El Grupo BRICS está conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Unas 5.000 personas, según las estimaciones más recientes de la ONU, murieron en Siria desde mediados de marzo pasado a raíz del conflicto entre los oponentes de Bashar Asad y las fuerzas de seguridad. Más de 14.000 sirios fueron detenidos y unos 12.500 se vieron obligados a abandonar el país.
El Gobierno de Siria admite que el conflicto causó en ambos bandos más de 1.500 muertos, de los cuales 1.100 son agentes de los cuerpos de seguridad.
China y Rusia usaron a principios de octubre pasado su condición de miembros permanentes del Consejo de Seguridad para vetar un anteproyecto de resolución, elaborado por Francia, Gran Bretaña, Alemania y Portugal, que amenazaba a Damasco con sanciones, si no cesaba la represión de protestas.
| “Lamentablemente, la experiencia demuestra que las sanciones nunca surten efecto, con excepciones muy raras”, manifestó Lavrov tras reunirse en Moscú con su homólogo argelino.
Agregó que Rusia no está dispuesta a usar esa medida, “salvo los casos más extremos” pero se pronunció por “actuar enérgicamente y buscar las vías de paz en lugar de incrementar la presión unilateral”.
Recordó que EEUU, la UE y otros países “llevan más de medio año adoptando nuevas sanciones contra Siria, incluidas las económicas que repercuten negativamente en la población”.
La actuación de Moscú, según él, no es menos enérgica pero positiva, pues se plasma en contactos casi diarios con el Gobierno y la oposición de Siria, a fin de que entablen diálogo a partir de la iniciativa presentada por la Liga Árabe.
Lavrov denunció que en Siria hay grupos extremistas cuyo objetivo es “provocar una catástrofe humanitaria y conseguir un pretexto para reclamar intervención extranjera en el conflicto”.
Calificó de “inapropiado” interpretar la actuación de esos grupos como lucha contra la dictadura o aspiración a la democracia.
Expresó el respaldo de Moscú al plan del arreglo presentado por la Liga Árabe pero insistió en que esa iniciativa no se transforme en un ultimátum.
También destacó que “Rusia y otros países del Grupo BRICS, si les interesa, podrían agregar sus observadores a los de la Liga Árabe”.
El Grupo BRICS está conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Unas 5.000 personas, según las estimaciones más recientes de la ONU, murieron en Siria desde mediados de marzo pasado a raíz del conflicto entre los oponentes de Bashar Asad y las fuerzas de seguridad. Más de 14.000 sirios fueron detenidos y unos 12.500 se vieron obligados a abandonar el país.
El Gobierno de Siria admite que el conflicto causó en ambos bandos más de 1.500 muertos, de los cuales 1.100 son agentes de los cuerpos de seguridad.
China y Rusia usaron a principios de octubre pasado su condición de miembros permanentes del Consejo de Seguridad para vetar un anteproyecto de resolución, elaborado por Francia, Gran Bretaña, Alemania y Portugal, que amenazaba a Damasco con sanciones, si no cesaba la represión de protestas.